Retos de la Educación Superior

Olga Díaz Ruiz

Foto: Juvenal BalánDurante un prolífico intercambio que motivó cerca de 20 intervenciones de los diputados a la Asamblea Nacional, el ministro de Educación Superior, Rodolfo Alarcón, explicó que profundas transformaciones matizan el esfuerzo actual por elevar la calidad de esta enseñanza, y lograr una mayor pertinencia, eficiencia, racionalidad e integración de su gestión en todos los tipos de cursos. Esfuerzo que se sustenta, fundamentalmente, en la conducción del trabajo político ideológico de manera creativa y con marcada intencionalidad, para garantizar la formación de profesionales de elevada competencia, comprometidos con la sociedad y los principios revolucionarios.

Durante la jornada de inicio del Noveno Periodo Ordinario de Sesiones de la Séptima Legislatura, el titular de este ministerio llamó la atención sobre el perfeccionamiento del sistema de ingreso a la enseñanza superior, que arroja un salto cualitativo de aproximadamente 17 puntos porcentuales con respecto a años precedentes.

Aunque diputados y funcionarios académicos coincidieron en la necesidad de continuar puliendo este proceso, reconocieron el esfuerzo sustantivo realizado en el presente periodo lectivo por lograr una mayor correspondencia entre las cifras del ingreso del curso regular diurno y el plan de plazas, atendiendo a las necesidades económicas del país y a las especialidades prioritarias. Esto se ha conseguido, entre otros factores, por promover como requisito indispensable la aprobación de los tres exámenes con un mínimo de 60 puntos.

Alarcón resaltó también, entre los cambios implementados, la adecuación de los planes de estudio de las diferentes carreras que se cursan en los municipios, para acercarlas a los requerimientos y necesidades del territorio; y la renovación conceptual de los programas curriculares de los Cursos para Trabajadores, dando lugar a una nueva modalidad, la de Cursos por Encuentros, que permite el acceso a la educación superior a cualquier ciudadano con independencia de su condición laboral.

Añadió el desarrollo positivo de la experiencia inédita, en los centros de educación superior adscritos a ese organismo, de impartir en ellos el doce grado del nivel preuniversitario, con el objetivo de incrementar el nuevo ingreso —con una preparación sólida— a las carreras de ciencias básicas, que presentaban matrículas deficitarias.

Asimismo, se refirió al perfeccionamiento de los sistemas de evaluación en todas las modalidades de estudio del nivel superior y del diseño pedagógico, que hoy demanda una mayor dedicación de los jóvenes al estudio individual, y una orientación diferenciada y pertinente de esta actividad.

Como parte de las áreas claves de trabajo, destacó que las universidades cubanas defienden un modelo integral de formación científica, tecnológica y humanista, concepciones desde las cuales se persigue alcanzar un mayor impacto económico y social de las investigaciones académicas, y a partir de sus resultados fortalecer los proyectos de desarrollo local.

Concretar estas políticas de innovación científica y tecnológica, y hacerlas más factibles desde los centros de enseñanza superior; insistir en el estudio de la Historia patria y de la localidad, unido a la necesidad de garantizar el completamiento, permanencia y superación de la fuerza docente, y de los especialistas y cuadros de dirección, poniendo énfasis en la formación de valores y de una cultura económica, constituyeron preocupaciones cardinales de diputados de varias provincias como La Habana, Villa Clara y Pinar del Río.

De igual modo, delegados de Artemisa, Sancti Spíritus y Holguín, trajeron a colación ante el Parlamento cubano otras inquietudes relacionadas con la necesidad de propiciar un intercambio más sistemático de los estudiantes con los organismos y dirigentes; consolidar los periodos de prácticas preprofesionales; promover la práctica deportiva, una cultura de la salud y la educación en el trabajo; y asegurar la bibliografía básica, la base material de estudio y de vida, y un mayor empleo de las herramientas tecnológicas.

Al respecto, Alarcón apuntó que los cambios y transformaciones medulares en la educación superior no pueden instrumentarse de manera apresurada, sino que conllevan un análisis profundo, que permita su posterior comprensión y puesta en práctica, por lo cual, deben producirse paulatinamente. A este fin común tributarán, sin dudas, las sugerencias recibidas de los diputados.

 

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