Como
de vital importancia calificó el presidente del Banco Central de
Cuba (BCC), Ernesto Medina Villaveirán, la labor que ha realizado
esa institución durante los últimos meses en aras de mejorar la
capacidad financiera interna y externa del país; promover servicios
que estimulen el desarrollo de la actividad agropecuaria, de las
formas de gestión no estatal y las acciones constructivas por parte
de la población; así como su aporte para estabilizar el sistema de
pagos entre empresas.
Sobre el último tópico, Medina Villaveirán significó que aunque
las medidas adoptadas hasta el momento aún son insuficientes, se han
obtenido algunos resultados alentadores, como la disminución, al
culminar mayo, de los saldos vencidos con relación al cierre del
2011: en un 48,7 %, de las cuentas por cobrar; y un 42,5 %, de las
que están por pagar.
En el logro de tales indicadores, el BCC ha trabajado de modo
conjunto con el Ministerio de Finanzas y Precios (MFP), el cual
asumirá la conducción de esa tarea a partir de enero del 2013.
La aplicación de la nueva política crediticia cubana
(implementada desde diciembre del 2011), también fue evaluada. Hasta
el cierre de junio se habían otorgado 49 924 créditos a personas
naturales, por un monto aproximado de 347 millones de pesos.
El sistema bancario y comercial cubano, desenvuelto en un
escenario marcado por la crisis financiera internacional y el
bloqueo impuesto al Archipiélago por el gobierno estadounidense,
atraviesa hoy una etapa cualitativamente superior, en que
perfecciona su quehacer y fortalece sus estructuras.
En ese contexto —como acotó el Presidente del BCC—, "se hace
necesario alcanzar una mayor eficiencia en las entidades del sector,
orientada fundamentalmente a garantizar la disponibilidad de los
recursos demandados por la economía y la recuperación oportuna de
los créditos otorgados.
Un reconocimiento a la gestión del BCC en garantizar un buen
manejo financiero, acorde a la actualización del modelo económico,
fue hecho por la asamblea parlamentaria, aunque los legisladores
también señalaron como deficiencia la atención a la población en las
oficinas bancarias, aspecto a resolver para el buen desenvolvimiento
de todos los programas puestos en marcha en el país.
Así, varios diputados se interesaron por el posible incremento
del servicio de los cajeros automáticos, así como por otros
problemas que enfrentan dichos equipos.
Al respecto, el Presidente del BCC reconoció que existen
dificultades con la prestación de estos, actualmente al 86 % de
eficiencia técnica, cuestión que se trata de mejorar.
"La mayor parte de ellos (377 en total, 286 en La Habana), fueron
comprados en la década del noventa, ya de uso. Su precio en el
mercado asciende hoy a los 15 mil dólares cada uno, sin contar el
alto valor de las piezas que se necesitan para repararlos, la línea
de comunicación para conectarlos a la red y el suministro de
electricidad.
A ello se suma que el empleo de las tarjetas magnéticas en
nuestro país se concentra en los cajeros, lo que los somete a un uso
más frecuente, sin obviar los maltratos a que pueden estar
sometidos.
Esas razones hacen prácticamente imposible extender hoy sus
servicios, acotó.
Medina indicó que, en cambio, se prevé ampliar el empleo de las
tarjetas magnéticas a la red de tiendas recaudadoras de divisas
(utilizando el cambio de CADECA), establecimientos gastronómicos y
centros de pago de los servicios de agua y electricidad.
Otro planteamiento concernió a la posible creación de un banco
agrícola, que se dedique exclusivamente al fomento de esa actividad.
Sobre ese tema, se explicó que el Banco de Crédito y Comercio (BANDEC)
es el encargado de realizar esas labores actualmente, con más del 75
% de su cartera de préstamos dedicada al sector agropecuario y cerca
de 600 trabajadores especializados en esas funciones, muchos de
ellos ingenieros agrónomos.
Cierto es que la Agricultura es uno de los sectores con mayores
problemas financieros en el país y el que posee la deuda más
voluminosa con el sistema bancario, explicó el directivo del BCC.
Pero no creemos que la solución radique en crear otra institución
bancaria, sino en hacer que las que existen funcionen adecuadamente.
El otorgamiento de créditos a las personas naturales para
satisfacer necesidades varias fue otra de las inquietudes
planteadas, esta vez por la diputada Cecilia Valdés, de La Habana.
Al respecto se ratificó que esto, tal y como plantea el Decreto-Ley
289, se implementará en cuanto las condiciones económico-financieras
del país lo permitan.
Sobre la cadena de impagos entre empresas nacionales, el diputado
Pedro Ross Leal significó que una de las causas fundamentales de esa
situación resulta el irrespeto a los contratos, instrumento cuyo
cumplimiento debería constituir una máxima insoslayable que elimina
cualquier trasfondo u oportunidad para las ilegalidades.
En ese sentido, el Presidente del BCC señaló que el problema de
los cobros y pagos no debe verse aislado de la situación económica
general de nuestras empresas. "El papel del Banco aquí debe ser
importante. La disminución este año en más del 40 % de las cuentas
por cobrar y por pagar, demuestra que, cuando existe la voluntad por
parte de todos los implicados en estas relaciones de llevarlas a
cabo con el mayor rigor, los resultados son provechosos".