El exoplaneta, llamado UCF 1.01, gira alrededor de su sol GJ 436,
una enana roja. El cuerpo celeste, que alberga temperaturas
infernales, tiene el tamaño de dos tercios de la Tierra, es un poco
más grande que Marte, pero menor que Venus.
Fotot:
NASA
El hallazgo ha sido fascinante para los astrónomos, en primer
lugar porque el planeta está a 33 años luz del sistema solar. Aunque
eso equivale a 312 trillones de kilómetros, en proporciones
astronómicas "se halla casi a la vuelta de la esquina", explica el
descubridor Kevin Stevenson. Se trata del primer planeta de tamaño
terrestre que está tan cerca de nuestro sistema solar.
El nuevo mundo fue descubierto por casualidad, cuando astrónomos
estadounidenses usaban el telescopio espacial Spitzer de la agencia
NASA, que se usa generalmente para estudiar mundos ya descubiertos o
sondear distancias enormes en el espacio lejano. Hasta ahora no se
había descubierto con su ayuda ningún planeta, lo que abre nuevas
posibilidades para los investigadores.
Otra peculiaridad de UCF 1.01 reside en el hecho de que la
mayoría de los astrónomos no buscaban planetas como el nuestro en
áreas cercanas a enanas rojas. Se creía que junto a estas estrellas
pequeñas sólo podían orbitar las así llamadas supertierras, planetas
rocosos como el nuestro pero de una masa de hasta 10 veces mayor que
la de la Tierra.
No obstante, ahora el enfoque de la búsqueda cambiará, ya que el
hallazgo demuestra que incluso las enanas rojas pueden tener
sistemas planetarios con planetas parecidos al nuestro que contengan
vida.
Sin embargo, en el caso de UCF 1.01, que se encuentra en la
constelación Leo, los astrónomos no parecen albergar muchas
esperanzas de que algo pueda sobrevivir allí, pues orbita tan cerca
de su sol (su año dura 1,4 días terrestres) que la temperatura en su
superficie alcanza los 540 grados centígrados. El planeta tampoco
tiene atmósfera, que tal vez se evaporó, y se cree que su superficie
está fundida como la falda de un volcán activo.
Los investigadores aún califican al UCF 1.01 como aspirante a ser
nombrado planeta, ya que nuestras tecnologías no permiten aún
conocer la masa exacta del cuerpo celeste.
(Tomado de RT)