BRASILIA.
— La directora de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en
Brasil, Laís Abramo, afirmó hoy que los indicadores del llamado
trabajo decente mejoraron en este país en el quinquenio 2005-2009,
aunque aún existen retos.
"En líneas generales, podemos decir que existe una evolución
positiva en muchos indicadores del trabajo decente, lo que no quiere
decir que no persistan los desafíos", apuntó Abramo, al presentar en
esta capital el informe de la OIT sobre el comportamiento de este
parámetro en Brasil, en el período mencionado.
Entre los puntos positivos, la funcionaria de la entidad
internacional destacó el aumento de la tasa de formalidad, pues
entre 2003 y 2010 fueron generados 15 millones 400 mil empleos con
cartera asignada (todas las garantías y derechos), lo que representa
un incremento de 17 por ciento.
Abramo exaltó el modelo de desarrollo de la economía nacional,
que priorizó la inclusión social, sobre todo en las regiones que
estaban en una situación más crítica antes de 2005 y que permitieron
que el 36 por ciento de la población brasileña saliera de la pobreza
y se integraran al consumo.
Sin embargo, refirió, todavía persisten problemas, que son
históricos, como el trabajo esclavo, las desigualdades regionales y
que las mujeres, hombres y jóvenes negros tienen menos oportunidades
y salarios cuando ejercen la misma función que sus pares blancos.
Sobre las diferencias regionales, Abramo precisó que a pesar de
los avances en la participación de las zonas Norte, Noreste y
Centro-Oeste, solo cinco estados responden por el 65,8 por ciento de
la riqueza nacional, Sao Paulo, Río de Janeiro, Minas Gerais, Río
Grande do Sul y Paraná.
Asimismo, prosiguió, el estudio detectó notable divergencia en
cuanto a la alfabetización de los brasileños que habitan en áreas
urbanas o rurales. En la zona rural ese indicador avanzó de 74,1 por
ciento en 2004 a 77,2 por ciento en 2009, pero en la región urbana
es de 92,6 por ciento en el último año mencionado.
La directora de la OIT en Brasil señaló que aún se mantienen
problemas en cuanto a los porcentajes de desocupación de los
brasileños por sexo y raza.
Entre las mujeres la falta de empleo llega a ser hasta 10,7 por
ciento superior que entre los hombres en algunos estados.
Además, prosiguió, la población negra presenta 9,4 por ciento de
desocupación, mientras la blanca muestra 7,3 por ciento.