Precisamente el pinareño Liván López (66 kg y 30 años) y el
guantanamero Yowlys Bonne (60 y 28) constituyen los de mayor
experiencia en la armada que completan Humberto Arencibia (84) y
Javier Cortina (96).
Ambos tienen en común el hecho de llevar más de una década en el
equipo nacional, a la sombra de otroras estelares como el as de
Atenas’04, Yandro Quintana y el multimedallista universal Geandry
Garzón, quien causó baja de la selección por indisciplina. Eso les
ha permitido convertirse en luchadores respetados entre la elite
mundial y coloca tanto a López como a Bonne como posibles
medallistas, en el caso de Bonne en rol de arma secreta.
Dos décadas metido de a lleno en los colchones, buen repertorio
técnico tanto en ataque como defendiendo y algo que su mentor Julio
Mendieta elogió, el hecho de conocer plenamente sus fortalezas y
debilidades, lo convierten en uno de los aspirantes al podio en una
división donde el ruso Besik Kudukhov, triple rey en las justas
universales del ciclo, parece un escollo infranqueable.
En ese paquete de aspirantes que llavearán el día 11 de agosto en
el Complejo Excel londinense, como parte de los 19 clasificados,
aparecen, además, el japonés Kenichi Yumoto, el ucraniano Vasyl
Fedoryshin, el moldavo devenido búlgaro Anatoli Guidea y el
puertorriqueño Franklin Gómez, as en Guadalajara y verdugo de Bonne
en una de las semifinales.
Muchos recordarán las épicas batallas entre Bonne y Quintana:
"Nunca le gané, pero siempre le exigí al máximo. Esos combates y el
hecho de entrenar juntos me han aportado mucho", ahondó el
gladiador, quien llegó por primera vez a la escuadra de mayores tras
Sydney’00.
Ahora, en la jornada anterior al epílogo de los Juegos necesitará
combinar todo su arsenal con enfoque, y hasta un poco de suerte (si
el sorteo no es tan escabroso) para ver si una presea ratifica su
cartel previo de arma secreta.