MOSCÚ.
— El ministro ruso del Exterior, Serguei Lavrov, y el enviado
especial para Siria de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan,
concluyeron este lunes conversaciones sobre la situación en el
estado levantino, sin comentarios para la prensa.
La Cancillería rusa había anunciado antes que las pláticas
estarían centradas en la difícil situación en la nación mesoriental,
que Lavrov calificó esta jornada de horrible, y la posible extensión
por otros tres meses de la misión de observadores de la ONU.
Annan dialogó dos horas con el ministro ruso en el Jardín de la
Cancillería, en vísperas de su encuentro mañana con el mandatario
Vladimir Putin, quien confirmará la disposición rusa a ser sede de
una segunda reunión del llamado Grupo de Acción, formado en Ginebra.
Tenemos la esperanza de junto al ex secretario general de
Naciones Unidas convocar a una segunda cita sobre Siria, en Moscú o
de nuevo en Ginebra, una posibilidad que forma parte de un
comunicado final de la cita en Suiza, señala el servicio de prensa
del Kremlin.
La prioridad en la etapa actual consiste en el cumplimiento total
del plan del enviado especial para Siria y de los puntos
consensuados en Ginebra, tanto por los sirios como por los factores
externos cruciales en el mencionado diferendo, destacó la fuente.
El trabajo por un mismo reglamento permitirá evitar la posterior
degradación de la situación en este estado clave del Medio Oriente y
con ello frenar una desestabilización regional, estimó el Kremlin.
Por su lado, Lavrov conversó por teléfono con el secretario
general de la ONU, Ban Ki-moon, con quien intercambió valoraciones
de la situación en Siria, incluido en el marco del debate en el
Consejo de Seguridad de la ONU para extender la misión de
observadores.
Lavrov llamó a concentrar los esfuerzos de todas las partes
interesadas en poner fin a la violencia, de cualquier parte, el
inicio de un proceso político y el trabajo activo en ese sentido
tanto del gobierno como de la oposición, como lo afirma el
comunicado ginebrino.