Según confirmó a Granma el arquitecto Roberto Vitlloch,
director de la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos del Centro
Provincial de Patrimonio, a pesar del efecto de las sucesivas
crecidas y de los casi dos siglos de explotación desmedida, el
puente mantiene un favorable estado estructural, señal inequívoca de
la fortaleza con que fue construido.
A juicio del especialista, lo más preocupante resulta el
deterioro de los ladrillos expuestos a las crecidas, que requieren
su sustitución por otros de igual talla, un proceso que según él no
debiera demorar en aras de la salud integral del viaducto, símbolo
de la ciudad de Sancti Spíritus y reconocido como Monumento Nacional
desde 1995.
Vitlloch adelantó que de conjunto con especialistas de la vecina
provincia de Villa Clara, actualmente se realiza un estudio de
factibilidad con vistas a la posible construcción de un nuevo puente
sobre el Yayabo, que pudiera comunicar el centro histórico de la
ciudad con la zona de Colón (al sur) y limitar o eliminar el tráfico
vehicular sobre la obra patrimonial, lo cual indudablemente
contribuiría a su mejor preservación.
Un informe de laboratorio del Centro Nacional de Conservación,
Restauración y Museología de mayo del 2000 asegura que fue levantado
con ladrillos, cal y arena sílice de la zona.
A juicio de especialistas espirituanos, la solidez de la obra
está asociada a la calidad de los materiales autóctonos empleados,
al respeto de las normas técnicas vigentes en aquel entonces —se
construyó entre 1817 y 1831— y a la dedicación de los ejecutores,
los andaluces Domingo Valverde y Blas Cabrera.