Es porque, ante el temor que generan los títulos públicos de los
países de la periferia europea, los inversores prefieren comprar
bonos alemanes incluso a tasas negativas. Y así Berlín refinancia su
deuda sin costo o con un costo ínfimo.
Mientras tres países -Grecia, Irlanda y Portugal- perdieron
completamente el acceso a los mercados financieros para refinanciar
su deuda y otros -España, Chipre, Italia, Eslovenia- están a punto
de hacerlo si la evolución económica no varía radicalmente, Alemania
ha podido ahorrarse hasta 25.000 millones de euros porque está
refinanciando su deuda -el 80% de su PBI- a tasas muy bajas e
incluso negativas en emisiones de dos años, un año ó 6 meses.
Así se entiende un poco más la contundente negativa germana a la
creación de eurobonos, que servirían para mutualizar las emisiones
de deuda europea y así ayudar a los países con más problemas.
También la negativa alemana a que el Banco Central Europeo actúe en
los mercados de deuda para estabilizar el riesgo-país español e
italiano a niveles insostenibles a medio plazo porque la
refinanciación de la deuda se hace a tasas de entre el 6% y el 7%.
Alemania emite deuda a tasas negativas, un fenómeno inédito
provocado porque los inversores huyen de las economías periféricas
de la zona Euro y buscan refugio en las deudas más seguras. El
ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, reconocía en mayo
que ese fenómeno no era normal, pero que se debía a la falta de
competitividad de las economías del sur de Europa y que eran ellas
las responsables de solucionarlo. El también alemán Martin Schultz,
presidente del Parlamento Europeo, decía que, de seguir así, esas
diferencias acabarían con la zona euro.
También lo consiguió esta semana Francia en una pequeña emisión
de letras a tres meses compradas en los mercados a una tasa negativa
del -0,005%.
Pero el caso alemán es mucho más importante porque Berlín lleva
meses colocando a tasas negativas incluso bonos a dos años. Es una
especie de capitalismo al revés, en el que los mercados financieros
le pagan a Alemania para que les guarde el dinero.
Según el último informe del Bundesbank, Alemania ha emitido desde
comienzos de 2010 466.000 millones de euros en bonos con plazos de
entre uno y 30 años. Los intereses de esa deuda suman 7.800 millones
de euros.
Pero, según un investigador de Bruegel, un centro de estudios de
Bruselas, si Alemania hubiera tenido que emitir toda esa deuda con
los intereses que le pedía el mercado hasta 2009, habría gastado
hasta 25.607 millones de euros más en pago de intereses.
Mientras Italia y España tienen que pagar cada vez más a los
mercados financieros para colocar sus bonos -Grecia, Irlanda y
Portugal sólo permiten pequeñas emisiones de letras a corto plazo-,
el mismo informe de Bruegel asegura que sólo en lo que va de 2012
Berlín se ha ahorrado hasta 12.102 millones de euros al poder emitir
deuda a tasas negativas.
El miedo de los mercados a más reestructuraciones de deuda en los
países de la periferia del euro es tal que prefieren invertir en un
producto que les genera pérdidas seguras -porque a esas tasas
negativas hay que añadirle la inflación- que comprar bonos italianos
y españoles que pagan intereses de entre el 6% y el 7%.