La
Organización Mundial de la Salud (OMS), hizo un llamado a
incrementar el número de mujeres que puedan adquirir y utilizar una
gama más amplia de productos anticonceptivos eficaces y seguros,
reportó Prensa Latina.
Además, señaló que buscará apoyo para que más países integren los
servicios de planificación familiar en la atención sanitaria básica,
y examinar periódicamente porqué tantas féminas no pueden acceder a
la anticoncepción cuando la necesitan.
La posibilidad de adquirir métodos anticonceptivos modernos es un
derecho fundamental de todas las mujeres, aseguró Margaret Chan,
directora general de la OMS, durante la Cumbre de Planificación
Familiar que sesiona en Londres, Gran Bretaña.
Este derecho se acompaña de una necesidad de respetar la dignidad
femenina, proporcionándole una serie de opciones de planificación
familiar y libertad de elección, aseveró.
La reunión busca movilizar compromisos mundiales políticos,
financieros y de prestación de servicios para garantizar que 120
millones de mujeres y niñas de países pobres dispongan en 2020 de
información, servicios y productos anticonceptivos, señala un
comunicado del organismo internacional.
Para ello, la OMS identificó una serie de medidas que deberán
instaurar las diversas naciones, como son, ampliar la oferta de
opciones de planificación familiar de modo que todas las mujeres
puedan seleccionar un método que atienda sus necesidades, aumentar
el número de profesionales sanitarios calificados.
Lograr que la planificación familiar sea un componente esencial
de los servicios de atención sanitaria dispensados en el periodo
prenatal, inmediatamente después del parto o de un aborto, y durante
el año siguiente a un parto o aborto.
Atender la disponibilidad y aceptabilidad de métodos de
planificación familiar de larga duración o permanentes, como los
dispositivos intrauterinos, los implantes anticonceptivos, la
vasectomía o la esterilización femenina, y eliminar las
restricciones no médicas al suministro de anticonceptivos a los
adolescentes.
La OMS estima que en los países en desarrollo hay 222 millones de
mujeres y niñas que no quieren quedarse embarazadas pero carecen de
acceso a los anticonceptivos y a la información y servicios conexos.