La denominada IX Marcha de la Confederación de Pueblos Indígenas
del Oriente Boliviano determinó abandonar esta capital y retornar al
Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), donde
resistirá una consulta a comunidades indígenas.
La movilización, contraria a la consulta para determinar la
construcción o no de una carretera a través de territorio indígena,
había arribado a la ciudad de La Paz con pocos originarios en sus
filas y masiva presencia de políticos de la oposición y activistas
medioambientales, tras desandar por más de 60 días.
Opuesta a una vía que acercaría servicios de educación, salud y
comercio, entre otros, a comunidades del Tipnis, la caminata intentó
desde su llegada ingresar por la fuerza a la Plaza Murillo, centro
político del país, y luego permaneció en vigilia en La Paz por 14
días.
La marcha, que esgrimió la protección de territorios indígenas y
la biodiversidad, así como el respeto a la Ley Corta que prohibió
construir caminos por el Tipnis y lo declaró zona intangible, buscó
la anulación de la ley de consulta, que determinaría si se
construiría la ruta amazónica, además de otras demandas de corte
político.
Los líderes de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente
Boliviano decidieron la movilización a pesar de la anulación del
contrato para construir la ruta entre Cochabamba y Beni, un proyecto
demandado por varios sectores, incluso indígenas, para el desarrollo
regional.
El Gobierno consideró que el proceso de la consulta es la única
solución al conflicto por la posible construcción de una carretera
por esa región, además de ser una figura enmarcada en la
Constitución y los convenios internacionales.
Mientras pasaban los días y no prosperaba la protesta, varios
integrantes de la marcha, como los indígenas del pueblo Chimán-Mosetén,
suscribieron acuerdos con el Gobierno y decidieron retornar a sus
comunidades, tras solucionar sus demandas.
El Ejecutivo prometió mejorar la producción de carne y leche,
llevar médicos a las comunidades indígenas, realizar estudios con
fines educativos, instalar antenas de telefonía y concertar una
reunión con el Fondo Indígena, entre otros temas.
Otras organizaciones indígenas, como la Takana Amazónica de
Pando, también firmaron acuerdos y anunciaron su alejamiento de la
marcha, indicó Prensa Latina.
Los convenios establecen elaborar la Ley de Desarrollo Integral
de la Amazonia, una Ley de Pesca y el pedido de mayor control
estatal sobre el aprovechamiento aurífero en el Río Madre de Dios y
la participación en los beneficios.
Tras la firma de acuerdos, varias personas fueron intimidadas y
golpeadas por dirigentes de la caminata, funcionarios de la
opositora alcaldía de La Paz y gente de la Asamblea de Derechos
Humanos de Bolivia.
Entre la ira por los abusos de que fueron objeto por dirigentes
de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano,
algunos marchistas denunciaron que fueron traídos a la ciudad de La
Paz con engaños.
Posteriormente, 45 corregidores del Consejo Indígena del Sur, el
Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure y la Subcentral
Sécure llegaron a La Paz a respaldar la Ley Consulta y dialogar con
el Gobierno.
El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, afirmó que
ellos son los representantes genuinos de las comunidades del Tipnis.
Otros 11 corregidores participaron en un acto con el presidente Evo
Morales, sumando 56 los corregidores que avalan la consulta a las 63
comunidades del parque.