Los médicos portugueses, convencidos de que el Gobierno portugués
del conservador Pedro Passos Coelho está "desmantelando el sistema
público de salud" han decidido ir a la huelga hoy y mañana. Así, los
hospitales, sanatorios y centros de salud portugueses funcionan este
miércoles (y presumiblemente el jueves), a medio gas, a base de
servicios mínimos, con la intensidad de un domingo o un día de
fiesta.
En el hospital de San José de Lisboa, en la capital, por ejemplo,
de 35 médicos con consultas, sólo fueron a trabajar cuatro, según la
cadena pública de televisión RTP. Y los huelguistas aseguraron que
el jueves será lo mismo. Están garantizadas, con todo, los servicios
de quimioterapia, las urgencias y la atención de enfermos
hospitalizados, entre otros.
El detonante de la protesta es la intención del ministro de
Salud, Paulo Macedo, de introducir un nuevo tipo de contrato para
los nuevos médicos, en los que estos se emplearán por horas,
subcontratados por medio de una empresa intermediaria. Luís Januário,
director de los servicios de Urgencia del hospital pediátrico de
Coimbra, denunció hoy en el diario Público que este sistema de
contratación le recuerda al de los jornaleros que aguardaban por la
mañana temprano en las plazas de algunos pueblos a que los capataces
les emplearan por esa jornada. Por eso se sumará a la huelga. Célia
Iglésias, pediatra, tiene otra razón para sumarse al paro: el cierre
de la maternidad Alfredo da Costa, la mayor del país.
Los profesionales de la sanidad portuguesa protestan también por
las nuevas tablas salariales, por los horarios de trabajo y para
exigir que haya plazas formativas en los hospitales. Pero, según
explican, van a la huelga, en conjunto, para defender el sistema
portugués de salud pública y la atención a los pacientes, cada vez
más restrictiva debido a los recortes, según denuncian. En Portugal,
desde enero, acudir a una consulta de urgencias cuesta 20 euros,
entre otros ejemplos de recortes y ajustes.
El secretario general del Sindicato Independiente de Médicos (SIM),
Jorge Roque da Cunha, se ha mostrado esta mañana "satisfecho" con el
desarrollo de la huelga. Según él, los usuarios han preferido dejar
las consultas y acudir al centro de salud "dentro de dos días,
conscientes de que esta huelga es una huelga que también les afecta,
porque lucha también por sus intereses".
En los últimos días, el ministro de Salud, que apunta que la
huelga anulará más de 400.000 consultas y más de 4.000 operaciones
quirúrgicas, ha intentado acercarse a los dirigentes sindicales para
evitar el paro. Los líderes sindicales médicos le han emplazado para
después del paro, esto es, el viernes.
La huelga de los médicos portugueses se produce una semana
después de que se hiciera público que alrededor de 60 enfermeros
portugueses de Lisboa y regiones cercanas, subcontratados en
hospitales públicos por empresas intermediarias, van a cobrar cuatro
euros a la hora, un salario que muchos de ellos rechazaron "por
dignidad".
(Con información de El Mundo.es)