La
policía de Carabineros de Chile reprimió hoy una manifestación de
trabajadores en esta capital, concebida como centro de una jornada
nacional de protesta en demanda de mejores condiciones laborales y
mayores salarios.
Cuando los manifestantes, encabezados por destacados líderes
sindicales, intentaron marchar desde la Plaza de los Héroes hasta el
Palacio de la Moneda para hacer entrega de un documento con sus
demandas, fueron dispersados con carros lanza agua y bombas
lacrimógenas.
Prensa Latina constató un fuerte despliegue militar en la Alameda
y sus inmediaciones, con numerosos uniformados a caballo y numerosos
zorrillos y guanacos, como se les llama aquí a los vehículos lanza
agua y lanza gases.
La Carabineros impidieron de hecho el desarrollo de la
movilización, convocada por la Central Unitaria de Trabajadores
(CUT) en rechazo a un proyecto de reajuste salarial del gobierno
estimado en extremo insuficiente, teniendo en cuenta la carestía de
la vida en la austral nación.
Esta agencia presenció incluso cómo fue agredido por un
desconocido el presidente del Colegio de Profesores y dirigente de
la CUT, Jaime Gajardo, cuando en el contexto de la protesta
denunciaba precisamente el desproporcionado despliegue policial.
El líder magisterial, que recibió un fuerte golpe en la cabeza,
refirió cómo los Carabineros no dejaron avanzar la marcha pacífica y
dejaron en cambio actuar a grupos minoritarios que provocaron
desórdenes.
Hace rato que grupos minoritarios andan enlodando las
manifestaciones pacíficas, manifestó Gajardo, quien impugnó la
criminalización de las movilizaciones sociales.
María Eugenia Puelma, encargada de Derechos Humanos de la
multisindical, anunció que la organización estudia presentar "una
querella contra la Intendencia por el abuso, por el exceso con que
actuó lanzando un aparato represivo de esta magnitud contra unas 2
mil personas que ejercían su derecho a manifestarse".
"No hubo daños ni destrozos, ejercimos nuestro derecho a marchar
y ocupar la calle, que es nuestro derecho y la intendenta pidió
reprimirnos porque parece que no le gusta que la gente se exprese
(...) Creemos que nuestra legítima convocatoria no puede ser
violentamente reprimida, y usaremos nuestro derecho para poner una
querella contra la intendenta, ella no autorizó la marcha y por eso
nos vamos a querellar", señaló el líder de la CUT, Arturo Martínez.
Los dirigentes de la CUT denunciaron que la protesta de este día
fue intencionalmente abortada y graficaron cómo la Intendencia
Metropolitana no autorizó la marcha apelando a un decreto surgido
durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
La CUT aboga por subir el salario mínimo de los 182.000 pesos
chilenos actuales (364 dólares) a 250.000 (500 dólares). El gobierno
del presidente Sebastián Piñera propone subirlo a 193.000 (386
dólares).
La protesta de este jueves se lleva a cabo una semana después de
una masiva manifestación en la que participaron más de 150.000
chilenos en todo el país, 120.000 en Santiago de Chile, en rechazo a
la mercantilización de la enseñanza.
Ambas movilizaciones han hallado dura respuesta en los sectores
oficialistas. De hecho, la Intendencia Metropolitana no autorizó la
realización de la demostración prevista este día en La Alameda.
L a autoridad capitalina señaló que los convocantes solicitaron
el permiso tarde, lo que fue desmentido por la CUT.
Para el subsecretario general de la multisindical, Guillermo
Salinas, la disposición que al parecer prevalece es la de reprimir
los movimientos sociales.