El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, reiteró este sábado que
la decisión de su país sobre la petición de asilo político del
periodista australiano Julian Assange será absolutamente soberana y
responsable.
En su informe semanal al programa Enlace Ciudadano, Correa indicó
que se realizan las consultas pertinentes, pero el Gobierno se
tomará el tiempo necesario para dar respuesta al fundador de
Wikileaks, acotó.
Argumentó que cualquier fallo estará apegado a la tradición
humanitaria de la nación, el respeto a los derechos humanos y al
debido proceso.
Consideró que es paradójico que Assange haya escogido a Ecuador
para pedir refugio, cuando la prensa corrupta del país y
organizaciones no gubernamentales señalan que aquí no existe la
libertad de expresión, dijo.
Esta semana fue llamada a consultas en Quito la embajadora en
Londres, Ana Albán, para que explicara la situación de Assange,
quien permanece en esa misión hace ya 11 días en espera de una
respuesta a su solicitud, advirtió Prensa Latina.
El periodista australiano argumentó sus temores a ser extraditado
a Estados Unidos desde Suecia, donde es reclamado por la justicia a
causa denuncias de supuestos delitos sexuales.
Expertos señalan que Assange se habría dirigido a Ecuador porque
tiene la convicción de que este país no negociará su caso con
Estados Unidos, además de conocer la posición nacional sobre la
soberanía y el respeto a las libertades y la reacción oficial sobre
los cables difundidos por Wikileaks.
Una de esas notas diplomáticas reveladas provocó la expulsión de
Ecuador de la embajadora estadounidense, en abril de 2011.
La víspera, Assange agradeció el trato recibido por el personal
diplomático ecuatoriano en Londres y declaró que no se entregará a
la policía británica.
Susan Benn, portavoz de Assange, señaló que éste permanecerá bajo
protección en el recinto diplomático mientras se reúnen y se
procesan los elementos para resolver el caso. Been indicó que los
abogados de Assange le aconsejaron que tenía que declinar la
citación policial para iniciar su proceso de extradición, tras el
vencimiento del plazo de dos semanas fijado por la Corte Suprema.
"Esto no debe considerarse como una señal de falta de respeto.
Tanto en la legislación internacional como en la británica las
demandas de asilo priman sobre las solicitudes de extradición",
explicó la experta.