Máximo Gómez Báez (1836-1905)

Insigne guerrero

RAQUEL MARRERO YANES

La Habana, 17 de junio de 1905. A las seis de la tarde en esa fecha expiró, a la edad de 69 años, uno de los más hermosos ejemplos de internacionalismo que recoge la historia de Cuba: Máximo Gómez Báez.

Es difícil pensar en el Generalísimo, como se le conoce, solo como protagonista de grandes batallas porque minimizamos su grandeza y restamos valores a su integralidad. Además de aquellas epopéyicas cargas al machete que tanto temor causaban al bando español, también fue un padre que sufrió la pérdida de varios hijos y a pesar de ello, no renunció a defender sus ideales.

Es justo verlo como un hombre de ideas, que supo luchar con las armas y la pluma, como demuestra su Diario de Campaña.

Aunque nació en Bani, República Dominicana, por los servicios prestados a la República, fue declarado ciudadano cubano.

 

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