Un cambio en la agenda del gobierno tecnócrata del primer
ministro, Mario Monti, exigieron este sábado más de 100 mil
sindicalistas italianos durante una protesta contra el plan del
ejecutivo para reducir la deuda pública, destacó Prensa latina.
Convocada por las tres principales centrales sindicales de la
península sureuropea, la manifestación que congestionó el centro de
Roma fue la respuesta inmediata al nuevo ajuste de cinturón
presentado por el gobernante.
El plan Monti no da respuesta sobre la creación de empleo y
desarrollo, y el gobierno debe llevar al país por el camino del
crecimiento a través del dialogo, afirmó Susana Camusso, secretaria
general del más importante agrupación obrera, la CGIL (de
izquierda).
Sin el cambio no vemos una salida para la nación, advirtió, y
deploró la actuación del ejecutivo, basado en muchos anuncios, pero
no en cosas concretas para mejorar la situación nacional, según
opinó.
La líder sindical consideró que Europa se está convirtiendo en la
excusa para no responder a los asuntos del trabajo.
Se puede hacer otra política y no necesitamos el permiso europeo
para ello, exclamó enfática en la plaza Popolo, donde convergieron
los manifestantes tras recorrer céntricas calles bajo la consigna el
valor del trabajo.
Por su parte, el líder de la UIL, Luigi Angeletti, insistió en
que el crecimiento no se logra con la reducción de los salarios y el
aumento de los impuestos.
Denominado decreto salva-Italia por Monti, el plan de ajuste
presentado recientemente prevé recortar 30 mil millones de euros del
gasto público e invertir solo 10 mil para incentivar el crecimiento
de la tercera economía de los 27.
Implica ese programa, asimismo, la reinstauración del impuesto
sobre la vivienda que había anulado Berlusconi e incrementar la edad
de jubilación hasta 66 años para los hombres y 62 para las mujeres.
Como parte de los recortes, se añaden dos puntos al impuesto
sobre el valor añadido (IVA), cifra que ahora aumenta hasta el 23
por ciento, y el pago en efectivo se reduce a mil euros con el
objetivo de impedir la evasión fiscal.
Una reforma laboral en trámite parlamentario es rechazada por los
sindicalistas porque deja libre las manos de los patrones al
flexibilizar la entrada y salida de los trabajadores de las
empresas.