Cambodia permanece en ascuas sin todavía una señal de que Estados
Unidos anulará una deuda de 450 millones de dólares, que proviene de
los tiempos del régimen de los khmer rojos, considerada aquí espúrea.
Esta semana el ministro de Relaciones Exteriores, Hor Namhong,
conversó en Washington con el senador democrata Jim Webb, en una
gestión sobre ese débito heredado, bien sea para proscribirlo o
encontrar la mejor forma de pagarlo, dada las estrechez financiera
del país indochino.
El enviado de Phnom Penh propuso a su interlocutor enviar una
delegación gubernamental a esta capital para negociar el engorroso
asunto pendiente con el Ministerio cambodiano de Economía y
Finanzas.
Con anterioridad se reunió con su par, Hillary Clinton, sin que
tampoco trascendiera algún acuerdo o compromiso en torno al tema
priorizado por el visitante.
Lejos de ello, la secretaria de Estado criticó a las autoridades
del país, mediante una declaración de la Embajada estadounidense
aquí, por el encarcelamiento de un grupo de mujeres tras un juicio.
Cuando Clinton cursó una carta de invitación a Hor Namhong, el 7
de mayo pasado, puso énfasis en la condición actual del huésped de
presidente de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean)
y los intereses en la región, para la que se abrigan proyectos de
una mayor presencia naval del Pentágono.
También mencionó el presunto deseo de encontrar las vías para
incrementar las relaciones bilaterales, lo que por los hechos parece
hasta ahora indemostrable.
El préstamo en cuestión fue solicitado originalmente por el
régimen golpista de Lon Nol, que derrocó al príncipe Sihanouk, con
el abierto estímulo y apoyo de Estados Unidos, y de cuya cuantía se
beneficiaron al final los khmer rojos.
De acuerdo con Prensa Latina, Hor Namhong ha solicitado en
Washington exenciones impositivas para facilitar las exportaciones
cambodianas, de alrededor de 200 millones de dólares anuales. Mucho
más favorecido, Estados Unidos envía a Cambodia artículos por valor
de dos mil millones de dólares.