Los integrantes de la Comisión Ordinaria de Seguridad de
Centroamérica aprobaron en Honduras ocho proyectos tendientes a
fortalecer las estrategias encaminadas a enfrentar el crimen
organizado expandido hoy en la región.
La reunión de policías, fiscales, jueces y militares validó esas
iniciativas entre las 22 presentadas al foro, devenido antesala de
la trigésimo novena cumbre del Sistema de Integración
Centroamericana (SICA), cuyas sesiones tendrán lugar en la capital
hondureña los próximos días 28 y 29.
Entre esas propuestas destacan las relacionadas con la
profesionalización de los operadores de justicia, el fortalecimiento
para la coordinación de las instituciones, la seguridad fronteriza,
eficacia del sistema penitenciario y el observatorio regional de
seguridad democrática, destacó Prensa Latina.
El secretario general de SICA, Juan Daniel Alemán, declaró que
ese proceso integrador está en marcha, goza de buena salud y
representa una opción para que la población de los países miembros
alcance paz, libertad, seguridad y bienestar, publica el periódico
El Heraldo.
En la venidera cita, el mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega,
recibirá de manos de su par hondureño, Porfirio Lobo, la presidencia
pro témpore del mecanismo regional, que detentó desde diciembre
último, de acuerdo con el lapso de seis meses establecido para ese
mandato.
Una lucha de todos será el eje temático de esta reunión 39, a la
cual acudirá Nicaragua con la creación de la Unidad de Análisis
Financieros, enfilada a contrarrestar el lavado de dinero, de bienes
y activos ilícitos y el financiamiento al terrorismo.
Estará sobre el tapete, también, el propósito de instalar una
corte penal centroamericana para juzgar delitos asociados al
narcotráfico, lo cual contradice el funcionamiento, hace 20 años, de
la Corte Centroamericana de Justicia, solo reconocida en el área por
Honduras, El Salvador y Nicaragua.
La propuesta del presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, de
legalizar las drogas como vía para frenar el crimen y la violencia
asociados, desató una polémica en la cual analistas advierten el
recelo porque se afecten las relaciones con Estados Unidos, el mayor
consumidor mundial.