Un avión teledirigido estadounidense disparó hoy dos misiles
contra un edificio en el mercado central de Miranshah, capital de la
provincia pakistaní de Waziristán del Norte, y mató a tres presuntos
talibanes.
Pese a las protestas del gobierno, los partidos políticos y
organizaciones sociales y religiosas de Pakistán, la división de la
Agencia Central de Inteligencia a cargo del programa drones continuó
la escalada contra supuestos objetivos insurgentes en las regiones
tribales fronterizas con Afganistán.
El de este jueves, segundo en otros tantos días, tuvo como blanco
un sitio de alta concurrencia de público, lo que una vez más hizo
preguntarse a la opinión pública pakistaní cómo podía el mando
norteamericano garantizar que las víctimas sean solo talibanes.
Ayer, otro avión no tripulado mató a los cuatro ocupantes de una
camioneta que se desplazaba por el poblado de Isha, unos 10
kilómetros al este de Miranshah.
Los drones se concedieron una pausa de un mes y medio a partir
del 26 de noviembre, cuando aviones de la OTAN masacraron a 24
soldados pakistaníes en la frontera con Afganistán para colocar en
su nivel más bajo la controvertida alianza.
Pero el 11 de enero volvieron a la carga y ya con los de ayer y
hoy suman 12 los ataques en las dos últimas semanas y 24 en lo que
va de año, con un saldo de 159 muertos y decenas de heridos.
Llamativamente, la escalada comenzó luego de la Cumbre de la OTAN
en Chicago (20 y 21 de mayo), donde contra lo esperado por Estados
Unidos y la alianza atlántica, Pakistán no anunció que reabriría las
rutas de suministro a las tropas ocupantes de Afganistán, bloqueadas
desde el referido incidente.
Las conversaciones a ese respecto están estancadas debido a la
negativa de Washington de presentar una disculpa por la muerte de
los soldados en la frontera.
Hace apenas una semana, la cancillería pakistaní entregó al
encargado de Negocios de Estados Unidos en Islamabad, Richard
Hoagland, una nota oficial de protesta por los continuados
bombardeos de los aviones-robot.
El asunto ha trascendido incluso a Naciones Unidas, pues casi
coincidentemente la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Navi
Pillay, pidió a la ONU una investigación sobre los ataques de los
drones por considerarlos ilegales y responsables de la muerte de
civiles inocentes, reportó Prensa Latina.
Según Pillay, el jefe de la ONU, Ban Ki-moon, instó a Estados a
ser más transparente sobre las circunstancias en que se utilizan los
aviones teledirigidos y a tomar las precauciones para asegurarse de
que sus ataques cumplen con el derecho internacional aplicable.