El Gobierno de Ecuador ratificó su disposición a erradicar el
trabajo infantil a través de políticas públicas dirigidas a este
segmento poblacional, confirmó Fánder Falconí, titular de la
Secretaría de Planificación y Desarrollo.
Falconí señaló que el cálculo para eliminar esa práctica en 20
años costará cerca de mil millones, sin embargo los beneficios
superan ese cálculo con creces.
Por ello, nuestra misión es indudablemente poner todo el esfuerzo
en políticas públicas para lograr una erradicación del trabajo
infantil, apuntó al presentar en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil
un análisis sobre el tema.
El estudio realizado de conjunto con el Instituto Nacional de
Estadísticas y Censos (INEC) muestra que entre diciembre del 2006 y
diciembre del 2011, la incidencia del trabajo infantil registró un
reducción del 17 al 5,8 por ciento, equivalente a 450 mil niños
salvados de las calles.
En Guayaquil, capital de Guayas, la provincia más poblada del
país, el 97,7 por ciento de los niños y adolescentes entre cinco y
17 años no trabaja, en comparación al 2 por ciento que todavía lo
hace, índice que es del cinco por ciento a nivel nacional.
El director del INEC, Byron Villacís, precisó que en los últimos
cinco años, el trabajo infantil en el área rural cayó 20 puntos,
mientras en el área urbana bajó a 5,8 puntos.
Las estadísticas precisan que en el 2011 el 89,9 por ciento de
los niños y adolescentes de cinco a 17 años en Ecuador se dedicaban
solo a estudiar, pero en 2006 solo podía hacerlo el 76,8 por ciento.
Los expertos coincidieron en que las principales áreas que
concentra el trabajo infantil aún están relacionadas con el comercio
y el sector agrícola y en no pocos casos responde a factores
socioculturales transmitidos por las familias.
En la actualidad las provincias de Guayas, Manabí, Pichincha y
Azuay concentran el mayor porcentaje de trabajo infantil del país,
indicó Prensa Latina.
La publicación de este informe coincide con el anuncio del
gobierno de un programa para disminuir esta situación con las
propuestas como la creación de centros educativos en los mercados,
donde laboran las madres, para la atención y educación especializada
cada jornada de los menores.