Un
tribunal militar tunecino condenó en ausencia a cadena perpetua al
depuesto presidente Zin el Abidin Ben Ali, exiliado en Arabia Saudí,
por su implicación en la violenta represión del levantamiento
popular en las ciudades de Thala y Kaserín, informó hoy la agencia
de noticias tunecinas TAP.
La fuente, que cita al portavoz del tribunal, aseguró que junto a
Ben Ali fue condenado a 12 años de prisión el exministro de
Interior, Rafik Belhach Qasem.
La intervención de las fuerzas de seguridad en Kaserín y, en
concreto, en la ciudad de Thala, se recuerda como una las más
trágicas de la revuelta que comenzó en diciembre de 2010 y concluyó
el 14 de enero de 2011 con la salida de Ben Ali del poder.
En esos sucesos, los agentes llegaron a disparar contra los
familiares que enterraban a las víctimas de la represión.
También fueron condenados por su implicación en estos hechos,
sobre los que la agencia no da más detalles, el exdirector general
de la seguridad nacional, Adel al Tawiri, que deberá pasar 10 años
en prisión, así como otros cuatro altos responsables de seguridad,
identificados como Yalala Budrika, Lutfi al Zawawi, Jaled Ben Said y
Yusef Abdelaziz, sentenciados a otros dos lustros de cárcel.
Ben Ali, nacido en 1936, ya acumulaba penas de cárcel por un
total de 66 años, la última fue impuesta por el tribunal militar de
la capital que decidió aplicarle una pena de 20 años de prisión por
"incitación al desorden, muertes y pillajes en territorio nacional".
En el caso concluido esta mañana, Ben Ali fue juzgado por la
muerte de cuatro jóvenes tiroteados cuando intentaban detener a un
sobrino suyo, Kais Ben Alí, en la madrugada de entre los días 15 y
16 de enero de 2011.
Sobre el expresidente y su mujer, Leyla Trabelsi, pesan sendas
órdenes de detención internacional. Sin embargo, Arabia Saudí no se
ha mostrado dispuesta, hasta el momento, a entregar al exdictador.