La región de Asia-Pacífico se enfrenta a crecientes desafíos en
la lucha contra el cambio climático y el deterioro de la
biodiversidad, conforme avanza su economía, advirtió la ONU en un
informe difundido hoy aquí.
El crecimiento demográfico e insostenible, la rápida urbanización
y el impacto sobre el entorno, incrementan el consumo en el área,
según la quinta edición del informe Perspectivas del Medio Ambiente
Mundial (GEO-5), publicado por el Pnuma en esta capital.
De acuerdo con el documento, estructuras sólidas de gobernanza,
mejor rendición de cuentas y enfoques coordinados de sostenibilidad
deben integrarse en todos los niveles, para superar los retos
ambientales de la región.
Entre esos desafíos incluye los impactos de las crecientes
emisiones de gases de efecto invernadero, la escasez de agua, el
consumo y producción insostenibles y la gestión de químicos y
desechos peligrosos.
Se estima que para 2030 esta zona aportará alrededor del 45 por
ciento del dióxido de carbono mundial relacionado con la energía y
el 60 por ciento de las emisiones globales para 2100.
Mientras, en lo que respecta al transporte, esas últimas
aumentarán en 57 por ciento, respecto a los niveles de 2005,
correspondiendo a China e India más de la mitad, según los
pronósticos.
De los 10 países del mundo más expuestos a los impactos del
cambio climático, seis se encuentran en Asia y el Pacífico, precisa
el informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (Pnuma).
En Asia y el Pacífico más de 450 millones de personas todavía no
tenían acceso al agua potable en 2008, cifra superior al 40 por
ciento del total mundial, y alrededor de mil 900 millones carecían
de saneamiento mejorado, más del 70 por ciento de la suma global.
Un mayor deterioro de los suministros de agua subterránea se
registra desde 2000, mientras que la extracción mundial de ese
recurso se triplicó en los últimos 50 años. La agricultura
representa el 92 por ciento de la huella global del agua, apunta.
El GEO-5, divulgado previo a la Cumbre de Río+20, foro previsto a
celebrarse en Brasil del 20 al 22 de este mes y que incluye
cuestiones de pobreza y sociedad, seguridad alimentaria, amenazas al
planeta y cambio climático, evaluó 90 de las metas ambientales más
importantes.
De ese total solo cuatro alcanzaron resultados destacables.
Estas son la eliminación de la producción y el uso de sustancias
que agotan la capa de ozono, así como del plomo de la gasolina, el
aumento del acceso a los suministros de agua y el fomento de la
investigación para reducir la contaminación del medio marino.
Según el citado documento, muchos países están adoptando
políticas innovadoras que pueden poner a la región en una senda más
sostenible.
Ellas incluyen la reducción y eliminación de los subsidios a los
combustibles fósiles, las cuotas de uso del agua y la reforma de
precios y pago por servicios ambientales, señaló Prensa Latina.