Al menos 26 personas murieron y 190 resultaron heridas hoy por un
atentado en una dependencia chiita de la capital iraquí, un día
después que un clérigo consideró pecado respaldar una moción
parlamentaria contra el gobierno.
La detonación de un carro bomba ocurrió fuera del departamento
gubernamental de Waqf (encargado de sitios y asuntos islámicos)
Chiita en el distrito de Bab Al-Muadham, a donde acudieron
socorristas y bomberos para rescatar sobrevivientes entre los
escombros del inmueble.
Según testigos y fuentes policiales, el vehículo cargado de
explosivos hizo volar en pedazos a otros automóviles estacionados en
esa área de Bagdad y provocó el colapso del frente del edificio de
tres pisos, además de destruir ventanas de vidrio en casas aledañas.
Muchos describieron el panorama como horrible, y relataron que
pedazos de techos cayeron encima de quienes estaban en tiendas y
otros negocios de ese barrio, acordonado por fuerzas de seguridad.
El bloque opositor Al-Iraqiya, integrado por laicos y sunnitas,
condenó el atentado, mientras el Partido Islámico advirtió que ese
acto criminal pretende encender la llama de la violencia sectaria en
Irak.
La violencia registró un ligero declive en este país árabe
respecto a los sangrientos enfrentamientos sectarios durante los
casi nueve años de ocupación militar estadounidense (hasta diciembre
pasado), pero son frecuentes los atentados, tiroteos y otros hechos
con saldo letal.
Hace menos de una semana, Bagdad fue escenario de una serie de
bombazos que causaron la muerte de 17 personas, apuntó Prensa
Latina.
El ataque de hoy coincidió con la convocatoria del presidente del
parlamento, Osama Al-Nujaifi, a una sesión para eventualmente
retirar la confianza al gobierno del primer ministro Nouri Al-Maliki.
Al-Nujaifi, afín al bloque Al-Iraqiya, intenta invalidar la
gestión del chiita Al-Maliki, justo un día después de que el Gran
Ayatolah Kadhim Al-Hairi emitió una fatwa (edicto religioso)
calificando de haram (pecado para el Islam) votar a favor de
personas laicas.
La advertencia del clérigo chiita, que radica en la ciudad
sagrada iraní de Qom, trató de calzar a Al-Maliki de cara al posible
voto de no confianza en el órgano legislativo, y subrayó que es
haram para cualquier parte del gobierno de Irak votar del lado de
una persona laica.
Al-Iraqiya buscó convencer al presidente iraquí, el kurdo Jalal
Talabani, para votar contra el primer ministro chiita, enfrentado
con el vicepresidente sunnita Tareq Al-Hashemi tras fomentar se le
dictara una orden de arresto por supuestos actos terroristas.
Los seguidores de Al-Hairi son leales al clérigo chiita Moqtada
Al-Sadr, también exiliado en Irán y líder de la bancada
parlamentaria que lleva su nombre y acusa a Al-Maliki de dictador
por concentrar poder y buscar aplazar o cancelar las próximas
elecciones.