El gobierno peruano negó ser autoritario, a tiempo de ratificar
posiciones drásticas frente a dos conflictos regionales, que
persisten pese a que sus principales dirigentes han sido denunciados
judicialmente y uno está preso.
El primer ministro, Óscar Valdés, y el titular de Justicia, Juan
Jiménez, declararon al respecto tras afirmar el ex jefe de Gobierno
gobierno, Salomón Lerner, que en la administración hay elementos
autoritarios que no quieren dialogar y sostienen que ante los
conflictos sociales solo cabe la represión.
Es falso que el gobierno sea autoritario, declaró Valdés a
diversos medios de prensa, y añadió que el Ejecutivo aplica la ley y
denuncia las acciones violentas durante las protestas sociales y el
poder judicial actúa en forma autónoma.
Se refirió así la prisión de Óscar Mollohuanca, alcalde de la
provincia centroandina de Espinar, en estado de emergencia por
violentos disturbios con dos muertos durante una huelga, y los
juicios a decenas de dirigentes de la región norandina de Cajamarca,
en paro desde el pasado jueves.
Ambas protestas están dirigidas contra intereses mineros
transnacionales e invocan motivaciones ambientales, pero Valdés negó
que favorezca al sector empresarial y alegó que es imparcial en esa
contradicción, señaló Prensa Latina.
Según el alto funcionario, el gobierno dialoga con todos los
sectores para atender las demandas sociales y evitar más conflictos
y lo ha hecho en los dos casos mencionados.
Sin embargo, señaló que la dirigencia de Espinar, cuya protesta
plantea el control de la contaminación y otras demandas, no quiere
soluciones y está involucrada en una concertación con la de
Cajamarca, con objetivos políticos y electorales.
Entretanto, el ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal,
encargado de dialogar con las autoridades de Espinar, anunció que
coordina los preparativos con el presidente regional (gobernador) de
la región de Cusco, donde está Espinar, Jorge Acurio.
El concejo municipal de Espinar exige el fin del estado de
emergencia y la libertad del alcalde Mollohuanca, sometido a prisión
preventiva por cinco meses, mientras es investigado por acusaciones
derivadas de su apoyo a la huelga.
Para Valdés, hay un grupo de personas que quieren desestabilizar
el país, apuntan contra otras empresas porque no quieren la minería,
generadora de recursos para el desarrollo regional y la lucha contra
la pobreza, según dijo.
Ante dudas periodísticas, aseguró que siente que el presidente
Ollanta Humala respalda plenamente al gabinete ministerial que él
encabeza.
Por su parte, el ministro de Justicia defendió la decisión
judicial de encarcelar a Mollohuanca y aseveró que el gobierno será
drástico y seguirá promoviendo juicios contra quienes generan
violencia durante los conflictos sociales.