Al menos 16 personas murieron hoy bajo los misiles de aviones
teledirigidos estadounidenses en dos acciones por separado en la
noroccidental provincia pakistaní de Waziristán del Norte,
fronteriza con Afganistán.
Según un reporte de la televisora privada Dawn, uno de los
aparatos redujo a escombros un escondite de los talibanes en la zona
de Mir Ali, mientras otro destruyó un vehículo que se desplazaba por
las inmediaciones.
Fueron esos los ataques cuarto y quinto ejecutados por los
aviones-robot norteamericanos en los últimos tres días contra
supuestos objetivos talibanes y de la red Al Qaeda en las regiones
tribales colindantes con Afganistán, apuntó Prensa Latina.
La división especial de la CIA a cargo del programa drones
concedió a Pakistán una tregua de un mes y medio a partir del 26 de
noviembre, cuando aviones de la OTAN masacraron a 24 de sus soldados
en la frontera con Afganistán en un incidente que aún mantiene
tensas las relaciones bilaterales.
Pero el 11 de enero volvieron a la carga y ya con los de la fecha
suman 10 los ataques en las dos últimas semanas y 22 en lo que va de
año, con un salto total de 151 muertos y decenas de heridos, según
Washington, insurgentes.
Significativamente, esa escalada comenzó a seguidas de la Cumbre
de la OTAN en Chicago (20 y 21 de mayo), donde contra lo esperado
por Estados Unidos y la alianza atlántica, Pakistán no anunció que
reabriría las rutas de suministro a las tropas ocupantes de
Afganistán, bloqueadas desde el fatídico 26 de noviembre.
Altos funcionarios estadounidenses han señalado que Washington
nunca se ha comprometido a suspender las operaciones de los aviones
teledirigidos sobre la nación surasiática y, por el contrario,
siempre planteó que se reservaba el derecho de atacar si el objetivo
lo ameritaba.
Aunque los supuestos objetivos de los drones son los talibanes
activos en la frontera afgano-pakistaní, con harta frecuencia gente
inocente es víctima errónea de sus misiles, lo que genera en la
población un natural sentimiento antiestadounidense.
Según analistas internacionales, tales incidentes socavan las
posibilidades de reconciliación entre ambos países, amén de que
Estados Unidos se mantiene renuente a presentar una disculpa pública
por la muerte de los soldados pakistaníes en la frontera con
Afganistán.