La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, recibirá hoy al rey de
España, Juan Carlos I, quien visita este país cuando existen
dificultades para los viajes de turistas entre los dos países, con
la aplicación de medidas restrictivas.
Aunque las fuentes oficiales obvian el tema al anunciar la visita
del soberano y su encuentro con Rousseff, medios de prensa locales
aseguran que el asunto migratorio hará parte de las conversaciones
oficiales.
Desde el 2 de abril pasado, Brasilia decidió imponer, en gesto
que calificó de recíproco, ciertos requisitos a los españoles para
entrar en el país, que van desde cartas de invitación cuando se
alojen en casas particulares y demostración de la capacidad
monetaria hasta la obligatoriedad del pasaje de regreso, destacó
Prensa Latina.
Todo ello, apuntó en su momento la cancillería brasileña por las
constantes quejas de sus nacionales ante maltratos y vejámenes por
parte de las autoridades migratorias españolas al arribo a alguno de
los aeropuertos de la nación ibérica y fundamentalmente en el de
Madrid.
En reciente visita a Brasil, el canciller español, José Manuel
García-Margallo, quien también acompaña ahora el Rey, aseveró en
conferencia de prensa que esa situación se iba a resolver en el más
breve plazo de tiempo posible.
En una nota de prensa, la cancillería brasileña se limita a
señalar que el rey de España viene acompañado además "de una
delegación empresarial y, durante la visita, serán examinadas
oportunidades para intensificar los vínculos económicos entre los
dos países".
Datos oficiales reflejan que España es el segundo mayor
inversionista extranjero en Brasil, con un capital superior a los 85
mil millones de dólares. Agrega que el comercio bilateral en 2011
ascendió a siete mil 970 millones de dólares, un 20 por ciento de
incremento en comparación con el año anterior.