La cumbre franco rusa celebrada en París ratificó las diferencias
de criterios de ambas potencias sobre la solución de la crisis en
Siria, donde existe la amenaza de una guerra civil o una
intervención extranjera, advirtió Prensa Latina.
En una breve visita a este país, el presidente ruso, Vladímir
Putin, advirtió a Francia y a la comunidad internacional sobre la
inadmisibilidad de los intentos de decidir el destino de la nación
árabe en contra de la voluntad de su propio pueblo.
Para nosotros debe ser aceptable lo que es aceptable para el
pueblo sirio, dijo Putin en una conferencia de prensa conjunta con
su homólogo francés, Fran ois Hollande, y añadió que lo principal
ahora es no permitir la repetición del guión libio y la guerra
civil.
Mientras para el mandatario ruso las sanciones no siempre
conducen al resultado anhelado y deben ser tomadas por el Consejo de
Seguridad de la ONU, Hollande considera necesario incrementar las
presiones contra Damasco y de ahí su decisión de expulsar a la
embajadora siria.
Según el jefe de Estado francés, la solución de la crisis pasa
por la salida del presidente Bashar Al Assad, posición similar a la
de las potencias occidentales.
Esta misma semana, el presidente galo dijo que su país no excluía
una eventual intervención militar en Siria, si esta es coordinada en
pleno en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Putin, quien ha mantenido firme su posición en contra de
cualquier injerencia extranjera, se pronunció por crear las
condiciones favorables para la solución política y pacífica del
conflicto.
El presidente ruso reiteró su apoyo al plan del enviado especial
de la ONU Kofi Annan y consideró contraproducente afirmar que la
misión ha fracasado.
Esa misma postura fue expresada por Putin en un encuentro
mantenido la víspera en Berlín con la canciller federal alemana,
Ángela Merkel.
El tema fue examinado esta semana durante la décimo novena sesión
especial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
Al hacer uso de la palabra, el representante permanente de Cuba,
Rodolfo Reyes, consideró alarmantes los llamados de aquellos que
apuestan por el uso de la fuerza, la violencia y la intervención
militar extranjera.
Reyes condenó las pretensiones de Estados Unidos y otros miembros
de la OTAN de imponer al pueblo sirio un cambio de gobierno.
Una guerra civil en Siria, o una intervención de fuerzas
extranjeras, dijo, sembrarían mayor destrucción y multiplicarían las
muertes; desestabilizarían toda la región y tendrían graves
consecuencias para los pueblos del Oriente Medio.