DUBLÍN, 1 junio.— Irlanda ratificó en referéndum el pacto de
estabilidad presupuestaria de la Unión Europea (UE) por una cómoda
mayoría del 60,3 % de los votos, confirmó hoy la Comisión del
plebiscito.
Según los datos oficiales dados a conocer hoy, los votos
negativos alcanzaron el 39,7 % en la consulta celebrada ayer,
mientas que la participación se situó en torno al 50,6 %, casi nueve
puntos menos que en el referéndum de 2009, cuando se ratificó el
tratado de Lisboa.
La mayoría del electorado irlandés ha decidido apoyar al Gobierno
en tiempos de grave crisis económica y aceptar la mayor austeridad
que plantea el nuevo pacto europeo.
El texto comunitario fue solo rechazado en cinco de las 43
circunscripciones irlandesas, dos en el remoto condado noroccidental
de Donegal, muy castigado por la crisis, y en tres distritos de
Dublín con una fuerte presencia de clase trabajadora.
"Estamos encantados con los resultados, que suponen un paso más
hacia la recuperación", celebró el ministro irlandés de Justicia,
Alan Shatter, en nombre del Gobierno de coalición entre
conservadores y laboristas.
Su colega laborista Pat Rabitte, titular de Educación, recordó
que "aún queda mucho por hacer" y que el Gobierno no puede "dormirse
en los laureles" tras esta victoria.
Ahora, dijo, el Ejecutivo debe "usar el mandato de las urnas"
para abordar con Europa cuestiones clave para la economía nacional,
como son los planes para estimular el crecimiento en el continente y
la "reestructuración de la deuda irlandesa".
El presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, que junto a la Alianza
de la Izquierda Unida, lideró la campaña del "no", lamentó que el
electorado haya acudido "con miedo" a las urnas para aceptar un
tratado que impondrá más austeridad en un país que sobrevive gracias
al rescate de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008, Irlanda se
convirtió a finales de 2010 en el segundo país europeo, tras Grecia,
obligado a aceptar el programa de ayuda de la UE y el FMI, por
85.000 millones de euros, y tiene en vigor un estricto plan de
austeridad que este año le obligará a ahorrar 4.200 millones de
euros.
El tratado de estabilidad que fue sometido a votación prevé
imponer estrictas políticas presupuestarias a los Gobiernos de la
Unión Europea.
El Gobierno irlandés había advertido de que su rechazo dañaría su
posición en la zona euro y podría provocar el descarrilamiento de su
rescate.