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Agricultura Urbana en Sierra de Cubitas
Recuperarse rápido del tropiezo
MIGUEL FEBLES HERNÁNDEZ
Una calificación de Regular en cualquier ámbito del actuar humano
puede provocar reacciones tan contrarias como las siguientes: una
conformista, algo así como "bueno, no estamos tan mal", y otra de
sobresalto, zozobra o inquietud, acompañada de una respuesta
inmediata para no reincidir en las causas que provocaron el desliz.
Resuelto
el problema de la turbina, queda ahora trabajar fuerte para
recuperar la producción en el vivero de frutales.
Esta última fue la actitud asumida en el norteño municipio
camagüeyano de Sierra de Cubitas, tras merecer esa "incómoda"
evaluación a comienzos de año, durante el recorrido número 56 del
Grupo Nacional de la Agricultura Urbana y Suburbana por la provincia
de Camagüey.
"Tras varios años con resultados positivos, esta vez nos
señalaron un grupo de deficiencias en nuestras instalaciones, unas
motivadas por la rotura de equipos, como turbinas, y otras por
descuido o incumplimiento de las orientaciones", explica Camilo
Parra Aldabó, delegado municipal de la Agricultura.
La puntuación obtenida no podía ser diferente, pues de los
subprogramas verificados siete recibieron Regular y dos Mal: los que
se refieren a la alimentación animal y a la capacitación, al no
cumplirse en el plazo previsto la conformación de tres áreas
agroecológicas de forraje y de caña.
"Este primer problema, anuncia Camilo, está en vías de ser
resuelto en las UBPC Julio Antonio Mella, Las Guásimas y Amistad
Cuba-Argentina, en las cuales se sembraron doce tipos de forraje y
de caña, con el objetivo de seguir su desarrollo y definir las
variedades que mejor se adaptan al suelo de cada finca".
SEMILLAS Y FRUTAS EN EL CANDELERO
Separados apenas por un camino vecinal, la finca de semillas y el
vivero de frutales corrieron similar suerte durante el recorrido 56
del Grupo Nacional de la Agricultura Urbana y Suburbana por Sierra
de Cubitas: ambas unidades, por motivos diferentes, obtuvieron
también calificación de Regular.
Hoy la situación es otra: la Empresa Agropecuaria y Citrícola
Sola, donde la rotura de la turbina incidió en la superviviencia de
las posturas, adquirió una nueva motobomba, lo que permitió
reactivar el sistema de riego, con el cual se benefician 14
variedades de frutales destinadas a cubrir las necesidades de la
entidad y las solicitudes de otros organismos del territorio.
En la finca de semillas, por su parte, se corrigieron rápidamente
los detalles señalados en relación con la tecnología de siembra de
algunos vegetales y la necesidad de levantar una cerca para separar,
del resto de los cultivos, el área especializada en la producción de
simientes certificadas.
Si el vivero de frutales encontró solución a sus males, muy
diferente es el caso, también vinculado con la rotura de la turbina,
del organopónico perteneciente a la Unidad Básica de Producción
Cooperativa Pedro Alejandro Padrón Alemán, ubicado en áreas de la
comunidad La Gloria.
"La visita —señala Regino Álvarez López, su administrador—
encontró los canteros casi vacíos y desde entonces la situación ha
cambiado poco: sembramos quimbombó y no germinó; luego lo hicimos
con habichuela, remolacha y rábano, y lo único que se logró fue una
parte del rábano.
"En estos momentos, ante la falta de la motobomba, solo se les
paga a los dos trabajadores del organopónico un anticipo de 240
pesos mensuales hasta tanto se recupere la instalación, pues en
secano los resultados son mínimos en una zona cercana a la costa
como esta".
Y SIN EMBARGO SE VE...
En reciente
recorrido por el municipio de Sierra de Cubitas, Granma pudo
constatar la comercialización estable de una variada gama de
vegetales y condimentos frescos, sobre todo a través de puntos de
venta móviles que comunican a los organopónicos y huertos intensivos
con las comunidades de la localidad.
Uno de los parceleros que abastece es Bernardo Quiroga Acosta,
asociado a la Cooperativa de Créditos y Servicios José Martí, quien
en menos de una hectárea de tierra en la periferia de la comunidad
tiene en cosecha 12 variedades de hortalizas y condimentos, más 200
matas de limón.
"Aquí los canteros permanecen vacíos solo el tiempo
imprescindible entre una rotación y otra. Esto que usted ve, más un
pequeño platanal y un corral con cerdos, lo atendemos entre mi
compañero José Veiga Pérez y yo. Para tener, hay que trabajar duro.
Sentados en el apartamento no se busca la comida".
Emparejar en todas partes tales resultados, desterrando las
justificaciones, actitudes pasivas y decisiones dilatadas es,
quizás, el mayor reto que asume por estos días Andrés Puerto
Calzadilla, quien acaba de estrenarse como jefe de la granja urbana
municipal y ya en junio debe demostrar que la calificación de
Regular fue tan solo un tropiezo pasajero. |