La música danza

Michel Hernández

Detrás de cada presentación en Cuba de un artista del circuito internacional de la música contemporánea, toma fuerza una conclusión que habla de la valía de muchas propuestas en diferentes partes del globo que, por su originalidad y creatividad, pudieran encontrar mayor asidero en los medios de difusión.

Este es el caso de la sueca Lisa Nordström's, quien debutó en la Isla como parte de la primera edición de Tránsitos-Habana, jornada de intercambio con artistas escandinavos, organizada por la compañía cubana Retazos y el colectivo sueco Memory Wax. Integrante del dúo Midaircondo, Lisa desplegó una serie de evocadoras obras que exploran nuestros abismos interiores y retoman la música electrónica como una nave exploratoria de los confines más desconocidos del espacio sonoro.

La intérprete y compositora es una de esas artistas que le ponen música a la oscuridad del alma. Tomando como referencia la estética minimalista, facturó un repertorio que se expande desde el frente experimental de la electrónica, se apoya en una serie de singulares elementos sonoros— entre ellos campanas tibetanas— y se desliza sobre voces distorsionadas y enigmáticas que producen en el oyente una espiral de emociones encontradas. Es, en efecto, la clase de ritmos que no deberían escuchar aquellos que buscan solamente en el mundo de los sonidos una fórmula para colocar el espíritu sobre un mar en calma y obviar cualquier recorrido por las nebulosas sombras de la existencia.

El extraño magnetismo de su obra adquirió un nuevo nivel con el performance de los bailarines de Retazos quienes, junto a integrantes del grupo Memory Wax, lograron combinar admirablemente la música en vivo y la danza. Así, dieron vida a una sugerente coreografía con la que dibujaron un retrato muy personal de la fragilidad humana y tributaron de manera orgánica al universo simbólico de Lisa, cuyo debut en Cuba recordó aquella frase de la islandesa Bjork, que rezaba que el trabajo con la electrónica tiene éxito cuando se ha volcado en ella de forma correcta el alma del músico.

 

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