La crisis de la deuda en la eurozona es el principal obstáculo
para la reactivación de la economía mundial, aseguró hoy aquí la
OCDE durante la presentación de su informe sobre las perspectivas
para el 2012.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico, hay una reactivación paulatina a nivel
mundial, pero el ritmo es débil, desigual y está amenazado por las
turbulencias financieras en los países que utilizan la moneda única
europea.
Con un crecimiento lento, un elevado nivel de desempleo y un
margen de maniobra limitado en el ámbito macroeconómico, los países
deben acelerar reformas para estimular el desarrollo y reforzar la
confianza, dijo Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, al
presentar el documento.
En el conjunto de los 34 países miembros de la organización, el
Producto Interno Bruto (PIB) aumentará a finales de 2012 en 1,6 por
ciento, un índice ligeramente inferior al del año precedente, cuando
alcanzó 1,8, señala el estudio.
Los mejores resultados los obtendrá Estados Unidos, con 2,4 por
ciento este año y 2,6 en 2013, seguido por Japón, donde se
registrará un alza de dos puntos hasta diciembre próximo.
En la zona euro la situación permanece más complicada porque el
PIB se contraerá 0,1 por ciento este año, antes de restablecerse el
próximo hasta 0,9.
La crisis en la eurozona es en la actualidad el principal riesgo
para el crecimiento mundial, aseguró el economista jefe de la OCDE,
Pier Carlo Padoan.
En vísperas de una cumbre informal de la Unión Europea, el
organismo hizo una serie de recomendaciones a los jefes de Estado y
de Gobierno del bloque continental para enfrentar la coyuntura
actual, reflejó Prensa Latina.
Figuran entre ellas invertir en educación, innovación y
crecimiento ecológico; reforzar el fondo de contingencia para evitar
el contagio de la crisis financiera y aumentar el financiamiento a
proyectos de infraestructura por el Banco Europeo de Inversiones.
Si no se hace nada hoy, la situación se agravará, las
turbulencias saldrán de las fronteras continentales y tendrán graves
consecuencias para la economía mundial, advirtió la OCDE.