El nuevo ministro de Economía de Francia, Pierre Moscovici, llamó
hoy a hacer todo lo posible para evitar una salida de Grecia de la
Eurozona, cuyas consecuencias podrían ser muy graves para toda la
región.
Una separación de Atenas del grupo que utiliza el euro como
moneda común provocaría un contagio impredecible, dijo Moscovici
tras una visita a Alemania, donde analizó el tema con su homólogo
Wolfgang Sch uble.
De acuerdo con el titular galo, debe hacerse todo lo posible para
que, después de las próximas elecciones, exista un gobierno griego
favorable a la permanencia en la moneda única y se comprometa a
hacer lo necesario para quedarse en la Eurozona.
La víspera, el líder de la Coalición de Izquierda Radical griega
Syriza, Alexis Tsipras, declaró en esta capital que la probable
salida de Grecia del euro puede disolver la Eurozona.
Imaginemos al grupo como una cadena de 17 eslabones. Si uno de
ellos se rompe, lo hace toda la cadena, dijo el dirigente de la
agrupación que algunos sondeos dan como vencedora en los comicios
legislativos del próximo 17 de junio.
Tsipras advirtió que, en caso de ganar, no aceptará las medidas
de austeridad impuestas por la Unión Europea y el Fondo Monetario
Internacional a cambio de la asistencia financiera.
En conferencia de prensa en una sala de la Asamblea Nacional
francesa, declaró el político griego que el memorando de rigor para
su país, elaborado en marzo pasado, es un experimento neoliberal de
choque, el cual condujo a una crisis humanitaria.
El tema de Grecia acaparará el centro de atención en la cumbre
informal de la Unión Europea prevista para esta semana ante el temor
de un efecto dominó que arrastre a otros países, sobre todo a España
e Italia, advirtió Prensa Latina.
Para el economista belga Philippe Ledent, la salida del país
heleno del euro le saldría más cara a Europa que a Atenas y la
credibilidad del grupo se vería seriamente afectada.
Por su parte, Eric Dor, director de investigaciones de la escuela
de administración de la Universidad Católica de Lille, señaló que si
Atenas abandona el euro, el Estado y los bancos franceses perderían
decenas de miles de millones de euros.