EDUARDO PALOMARES CALDERÓN

LA MAYA, Santiago de Cuba.—Lamentaban no pocos, hace algunos años, el anunciado cierre de la joven fábrica de conservas Ponupo, que desde el pintoresco sitio que le da nombre sobresalía por sus deliciosas cremas y mermeladas de frutas, en una provincia de tradición conservera.

Songo-La Maya, Segundo Frente, y la vecina provincia de Guantánamo, garantizan actualmente la entrega de mangos.

Realmente fueron más de tres lustros de incertidumbre los vividos por la carencia de varias materias primas, hasta que un proyecto de desarrollo local logró impulsar y diversificar su actividad.

SALVAR A PONUPO

"El Lineamiento 37 de la Política Económica y Social aprobada por el Sexto Congreso del Partido, que establece el desarrollo de proyectos locales, con énfasis en los de producción de alimentos, es lo mejor para municipios como Songo-La Maya", destaca el trabajador jubilado Bernardo Gaute Mayé.

"Lo digo por esta industria, que un día fue el orgullo de la empresa municipal alimentaria, pero con las dificultades que llegó a enfrentar no producía prácticamente nada, el personal interrupto estaba en sus casas y dijeron que se llevarían la caldera para otro municipio. Mientras, las frutas se perdían en los montes porque no había motivación en los campesinos para su recolección".

Quizás acostumbrados al viejo hábito de que todo viniera de "arriba", al municipio no le resultó fácil emprender el vuelco requerido, hasta que incentivado por la dirección política y administrativa de la provincia, encontraron en estos proyectos el camino para salvar una fábrica de incuestionables potencialidades.

Eduardo Delás Álvarez, administrador de la instalación, señaló que después de tanto tiempo sin una adecuada reparación, para resolver los problemas que obstaculizaban su funcionamiento fue necesario sustituir la bomba principal de abasto de agua, se reparó la caldera y acometió el mantenimiento de las líneas de procesamiento.

En igual sentido, además de garantizar la materia prima y establecer los contratos de entrega de frutas, se instaló una cámara fría destinada a la conservación de los productos, y otra para congelar la pulpa de frutas exóticas, que por su rápida descomposición resultaba imposible aprovechar antes.

Adicionalmente, en la segunda línea de procesamiento de frutas quedaron montadas dos máquinas llenadoras y tapadoras de latas de un galón, que serán empleadas tanto en la comercialización de mermeladas y cascos de frutas, como en el puré y la pasta de tomate.

DIVERSIFICACIÓN Y SUSTENTABILIDAD

Con estos aseguramientos la fábrica podría elaborar 520 toneladas este año —muy superiores a las 175 del 2011—, entre mermeladas y cremas de mango y guayaba, puré y pasta de tomate, además de otras 62 de turrón de maní, crema de leche, pasta cubana, gofio, raspadura, caramelos, vinos, vinagre, licores y vegetales encurtidos.

Como producción especial se incluyen las pulpas de mamey colorado (zapote), guanábana, mango y tamarindo, obtenidas por vez primera para la producción de helados en Santiago de Cuba, lo cual contribuye a que la provincia no tenga que adquirirlas en otros territorios.

"De esa forma —enfatizó—, la estrategia trazada con la diversificación evitará la dependencia de las buenas cosechas de determinadas frutas, contribuirá con la autosustentabilidad financiera al desarrollo de nuevos proyectos locales, y reportará en breve plazo mayores beneficios al colectivo", expresó la tecnóloga Eva Gómez Moragas.

Previamente, será necesario resolver detalles puntuales en la presión del agua bombeada a la caldera, en el funcionamiento de la línea para latas de cinco galones, en el laboratorio de control de la producción, en la adquisición de medios exigidos por salud pública, y en la aplicación del pago por resultados a los 66 trabajadores.