Durante el 2012, según lo previsto, serán alrededor de 900
hectáreas, una cifra que deberá seguirse incrementando en lo
sucesivo, hasta llegar a 20 mil en el 2020.
Pedro Ramírez Lara, jefe del Servicio Estatal Forestal (SEF) en
la provincia, afirma que se trata de plantaciones de especies de
rápido crecimiento (acacia, eucalipto, pino, teca...), en las que se
tendrán en cuenta todos los requisitos técnicos.
"Estamos hablando de una buena preparación de suelos,
fertilización y demás manejos establecidos, como podas y raleos,
algunos de los cuales, por diferentes razones, hoy no se realizan en
la totalidad de nuestras áreas", detalla el funcionario.
Respetar estas buenas prácticas contribuiría a la esencial
supervivencia de las posturas y a la preservación de los recursos
invertidos en estas operaciones.
De esa manera, el turno de corte de los bosques pinareños, que en
la actualidad oscila alrededor de las tres décadas, podrá reducirse
entre 10 y 15 años, en dependencia de la especie.
Aunque su objetivo es esencialmente económico, se espera que
además de acelerar el desarrollo de las plantaciones, esta
experiencia desempeñe también un importante papel ambiental.
"Los nuevos bosques estarán ubicados en el llano y en la
premontaña, a fin de reducir las áreas de tala en las zonas
montañosas, donde esa actividad, por mucho cuidado que se tenga,
suele afectar las cuencas hidrográficas", explica el jefe del SEF.
Pinar del Río es la provincia más reforestada de Cuba, con más
del 43 % de su superficie cubierta de árboles, y al mismo tiempo, la
que mayores volúmenes de madera aserrada aporta a la economía
nacional.