En el mes de mayo, desde hace cinco años, el Centro Nacional de
Educación Sexual, conocido por sus siglas CENESEX, viene realizando
jornadas contra la homofobia con un objetivo central: contribuir a
la educación de toda la sociedad en el respeto del derecho a la
libre y responsable orientación sexual e identidad de género de cada
ciudadano, como ejercicio de la equidad y la justicia social.
Con este noble quehacer el CENESEX se suma, con el apoyo del
Partido, el Gobierno y la sociedad civil, a la celebración del Día
Internacional contra la Homofobia, con actividades académicas,
educativas, artísticas y debates públicos en toda la Isla, que
ayudan a fomentar el respeto a la diversidad sexual.
La fecha de esta conmemoración, el 17 de mayo, fue seleccionada
porque ese día de 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS)
adoptó el acuerdo de suprimir la homosexualidad y la bisexualidad de
la lista de enfermedades mentales, lo que fue calificado en su
momento como un avance en el campo científico y de los derechos
humanos.
El término homofobia, como sabemos, se refiere a la aversión,
odio, miedo, prejuicio o discriminación contra las personas
homosexuales (lesbianas y gays).
Estas ideas y sentimientos se hacen extensivos a las otras
expresiones de la sexualidad humana diferentes a la
heterosexualidad. En consecuencia se denomina bifobia cuando ocurren
contra las personas bisexuales (orientación erótica hacia uno y otro
sexos) y transfobia en el caso de las personas transgéneros (travestis
y transexuales).
Las actitudes homofóbicas, bifóbicas y transfóbicas se expresan
mundialmente en un variado y amplio espectro de prácticas, que
abarcan desde silenciar cualquier mención o referencia a la persona
"marcada", obstaculizar su libre desarrollo, ofenderla verbalmente y
llega hasta la aplicación de la violencia física extrema.
La discriminación basada en la orientación sexual y en la
identidad de género no está oficialmente reconocida por todos los
estados miembros de las Naciones Unidas y aún hoy alrededor de 80
países criminalizan la homosexualidad y condenan los actos sexuales
entre personas del mismo sexo con penas de prisión y algunos incluso
de muerte.
El CENESEX, que dirige la doctora Mariela Castro Espín, es una
institución docente, investigativa y asistencial, en el área de la
sexualidad humana, abierta a la búsqueda científica, al intercambio
de experiencias y al diálogo de saberes.
La misión de ese Centro se dirige a gestionar la aplicación de la
política cubana de educación sexual al coordinar la participación de
entidades y organismos que se encargan de la comunicación social, el
trabajo comunitario, la educación, la orientación y la terapia
sexual para contribuir a que el ser humano viva su sexualidad de
forma sana, plena, placentera y responsable.
"Nuestros empeños van dirigidos a abrir y ampliar el diálogo
necesario con toda la sociedad para progresivamente ir modificando
conceptos y actitudes, porque hemos sido herederos de una cultura
patriarcal, machista y homofóbica muy fuerte", consideran los
directivos del CENESEX.
Y plantean: "Hay misoginia y homofobia en nuestra sociedad,
incluso hay personas que se sienten muy revolucionarias, muy
identificadas con el paradigma del socialismo, y, sin embargo, en la
vida cotidiana expresan actitudes discriminatorias y no solo en la
esfera del género y la sexualidad. Por tanto, si no discutimos los
problemas, no avanzaremos como sociedad, y no podremos lograr, con
mente nueva, una sociedad nueva".
Por ello convocan a la reflexión colectiva, a fin de ir avanzando
día a día, a través de la comunicación, la educación y el
intercambio de ideas, en la comprensión de la justedad que encierra
desterrar de la sociedad el más mínimo vestigio de discriminación,
incluyendo la orientación sexual e identidad de género.
A más de dos décadas de que la OMS removiera la homosexualidad
del manual de clasificación mundial de enfermedades, en un artículo
firmado por el Asesor Regional en Prevención y Atención Integral de
VIH/sida, OPS/OMS, doctor Rafael Mazín, plantea textualmente:
Los intentos por continuar patologizando las orientaciones
sexuales no heterosexuales, tanto a través de poner énfasis en la
supuesta naturaleza "anormal" de las mismas como mediante los
intentos de "rectificarlas" usando las llamadas "terapias de
reconversión", representan una amenaza a la salud pública y a los
derechos esenciales de las personas, y también a sus propias vidas.
Por ello la homofobia en todas sus manifestaciones debe ser
prevenida y enfrentada de manera decidida y enérgica. La homofobia
es lo que debemos curar.