Un seminario promovido por el Mercado Común del Sur (Mercosur) y
el gobierno paraguayo resaltó este miércoles en la ciudad de
Asunción que es imprescindible la voluntad política de los
Ejecutivos para lograr el éxito de las políticas sociales en la
región.
El evento contó en su sesión inicial con la asistencia del
presidente de la República, Fernando Lugo, así como de ministros,
viceministros y otros funcionarios de los países integrantes del
bloque, junto a representantes de organizaciones sociales y
especialistas en la materia, reporta Prensa Latina.
Hugo Richer, jefe de la cartera de Asuntos Sociales de Paraguay,
calificó de importante el momento que vive América Latina al
conseguir bases conceptuales comunes para la ejecución de las
mencionadas políticas sociales.
Richer saludó el retorno del Estado como articulador de esas
acciones con vistas a proteger los derechos de quienes fueron
despojados de ellos y reconoció la existencia en su país de un 40
por ciento de pobres, aunque reivindicó la recuperación del carácter
de sujetos de derecho por la mayoría del pueblo.
Hay que lograr el apoyo social y político para romper las
estructuras que están al servicio del despojo, puntualizó, y se
pronunció por una integración válida mediante la inclusión social.
La viceministra de Asistencia Social de Argentina, Inés Páez,
esgrimió la necesidad de la voluntad política y de un cambio
político que tenga en su centro a la gente como preocupación
principal y llamó a aplicar militantemente programas a favor de los
pobres.
Hizo un recuento de los logros alcanzados en esa dirección por el
gobierno de la presidenta Cristina Fernández, entre los cuales
incluyó el incremento de los puestos de trabajo y de la asistencia
social a los mas desfavorecidos, así como la recuperación de las
empresas privatizadas en el pasado.
La ministra de Acción Social y Lucha contra el Hambre de Brasil,
Tereza Cardoso, planteó que no sólo con el crecimiento económico se
reduce la pobreza, pues debe crearse una agenda de derechos para la
población.
Apuntó finalmente como medidas positivas del gobierno brasileño
la creación de 16 millones de empleos, el fortalecimiento de la
economía familiar, la transferencia de la renta y las compras
públicas a la agricultura familiar.