Pero hay obras que por su carácter excepcional, debido a sus
particularidades, escapan de las clasificaciones convencionales, y
por tales atributos marcan hitos. Esa es la razón del Premio
Especial, por cierto, los únicos que el Comité del Premio fundamenta
textualmente.
Sin orden de preeminencia, esa distinción fue concedida en esta
oportunidad a las producciones que brevemente comentaremos a
continuación:
Mis 22 años (EGREM), de NG la Banda, bajo la dirección de
José Luis Cortés, quien fue su productor general. En este álbum
doble, El Tosco repasa y redimensiona al mismo tiempo el repertorio
y las líneas de desarrollo vocal e instrumental que han hecho de la
agrupación uno de los puntales de la renovación de la música popular
bailable durante las dos últimas décadas, con el valor adicional de
haber sumado a otros intérpretes que reconocen la jerarquía del
flautista, compositor y arreglista villaclareño.
La Virgen de la Caridad (Bis Music), producido por José
Manuel García y Eddy Cardoza. Doble álbum con DVD incluido que
recorre, desde una perspectiva antológica, el reflejo de la temática
mariana en la música popular cubana, fundamentalmente en la
vertiente trovasonera.
30 años de Son 14 (EGREM), producido por Ricardo Leyva.
Necesario registro que rinde homenaje a los aportes del conjunto
santiaguero, fundado por Adalberto Álvarez. No pueden obviarse el
timbre y las inflexiones soneras peculiares del principal vocalista
del conjunto, el carismático Eduardo Morales, Tiburón.
Leyendas camagüeyanas (EGREM), de Gerardo Alfonso y la
Orquesta Sinfónica y el Coro de Camagüey, dirigidos por Irina
Guerra. La proyección trovadoresca de Gerardo, y la reanimación del
organismo sinfónico local se funden en una suite de singular
atractivo, que se completa con la utilización en el diseño gráfico
con una obra de uno de los más renombrados pintores camagüeyanos,
Joel Jover.
Sueños del pequeño Quin (Colibrí), por la Joven Jazz Band,
fundada y dirigida por Joaquín Betancourt, bajo la producción
general del propio maestro. Primera obra de un proyecto instrumental
que rebasa su cualidad pedagógica para afirmarse como una necesaria
prolongación de la tradición de ese formato en el jazz cubano que
tiene entre sus antecedentes la obra del maestro Armando Romeu.
Andar La Habana (La Ceiba), de Eusebio Leal, producido por
Magda Resik. Internacionalmente en el ámbito discográfico suelen
reconocerse los discos que contienen poemas, narraciones y
testimonios orales. En este caso, la palabra informada, convincente
y fluida del Historiador de la Ciudad, quien por largos años ha sido
promotor de la memoria viva de la urbe, se despliega en dos DVD de
formidable factura.