Los preparativos de Venezuela para abandonar la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), un ente acusado de
subordinarse a Estados Unidos, disparó la polémica dentro y fuera
del país suramericano.
De este lado del mundo, numerosos políticos, investigadores e
intelectuales, apoyaron el reciente anuncio del presidente Hugo
Chávez sobre la posibilidad de que la nación se apartara de ese
órgano dependiente de la Organización de Estados Americanos, reporta
Prensa Latina.
Mientras crecen los respaldos a una medida calificada de
soberana, la oposición interna considera que la retirada de esa
instancia deja desprotegidos a los venezolanos, una clara negación
de la actitud dudosa de ese ente hacia el territorio suramericano.
Incluso, desde el mismísimo Estados Unidos, la presidenta del
Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Ileana
Ros-Lehtinen, se abrogó el derecho de criticar esa decisión, con el
pretexto de que el gobierno intenta silenciar a los defensores de
los derechos humanos.
Sin embargo, esa Comisión no se pronunció en 1989 contra la
masacre del llamado Caracazo, que dejó cientos de muertos y heridos
bajo la administración del exmandatario Carlos Andrés Pérez
(1989-1994), recordó en días recientes el representante de este país
ante la CIDH, Germán Saltrón.
Siete años después de ocurridos esos hechos, la institución
introdujo la demanda en la Corte Interamericana de Derechos humanos,
y el 19 de noviembre de 1999 el presidente Chávez reconoció la
responsabilidad del Estado, aunque los sucesos no ocurrieron bajo su
mandato.
Tuvo que transcurrir una década para que el Sistema
Interamericano de Derechos Humanos hiciera justicia, denunció
Saltrón en un artículo publicado en el sitio digital Aporrea.
Según fuentes oficiales, antes de la llegada del actual
mandatario al Palacio de Miraflores en 1999, la Comisión apenas
aceptó cinco casos en contra del Estado venezolano y en los últimos
10 años, en cambio, ha admitido 36.
¿Cómo los burócratas de esa organización lograrán un cambio
dentro de ella?, cuestionó el escritor Luis Britto, tras recalcar
que esa misma institución fue incapaz de emitir una medida a favor
de Chávez cuando fue secuestrado durante el golpe de Estado de abril
de 2002.
El también Doctor en Derecho denunció que esa actitud
parcializada de la CIDH hacia Venezuela obedece a la influencia que
ejerce el país norteño en el pago y sueldo de sus magistrados.
A juicio de Britto, integrante del recién constituido Consejo de
Estado para, entre otros asuntos, asesorar al presidente en esa
materia, Venezuela ganaría soberanía con la salida de esa instancia.
Subrayó que la Carta Magna y los tribunales de esta nación
garantizan la protección de los derechos de las personas, por lo
cual no se necesita del accionar de ese ente.
Más allá de la salida de Venezuela, otras voces apuestan
igualmente por la instalación de un organismo genuinamente regional
y que supla las funciones para muchos, evidentemente parcializadas-
de la CIDH.
El jueves último, en una reunión de la Unión de Naciones
Suramericanas realizada en la ciudad de Cartagena, Colombia, el
canciller Nicolás Maduro afirmó que ese bloque regional o la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños deben constituir
su propia instancia en ese ámbito.
Ha llegado el momento de desmontar esa estructura decadente de la
Corte Interamericana y de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, sostuvo.
En su opinión, el organismo internacional se convirtió
lamentablemente en una mafia de intereses que actúa desde Washington
y está en función de la política internacional y no de los derechos
humanos.
A esa propuesta se unió la fiscal general de la República, Luisa
Ortega, quien instó a crear un consejo latinoamericano en esa
materia que reemplace a la CIDH.
La jurista criticó que Estados Unidos no forme parte de la
Comisión, aun cuando la sede de este organismo se ubica en
Washington, y que para formular una denuncia sea necesario viajar a
esa ciudad norteña.
El presidente de esta nación suramericana solicitó el 30 de abril
último acelerar la instalación del Consejo de Estado, y dijo que la
primera tarea a cumplir por esa instancia sería sustentar la
retirada de Venezuela de la CIDH.
¡Ya basta! ¿Hasta cuándo vamos a estar con esa espada de
Damocles? El primer país que desconoce esa comisión interamericana
es Estados Unidos y es un mecanismo que usa contra nosotros,
denunció el mandatario.
La Asamblea Nacional de Venezuela aprobó el pasado día 9, un
acuerdo que respalda la salida del país de la CIDH.
Después de un intenso debate, la propuesta fue sometida a
votación nominal y sancionada con 91 votos a favor y 21 en contra.