Aunque el jueves apenas pudo ponchar a dos bateadores, (lógico,
solo lanzó cinco episodios, menos de 60 pitcheos) el avileño
Vladimir García nuevamente apostó a esa combinación de velocidad
endemoniada, slider cortante a la que ha incorporado el tenedor, y
excelente físico avalado en 1.88 metros de estatura, recursos que lo
convierten en uno de los mejores lanzadores derechos de Cuba en la
actualidad.
Su andar por la etapa clasificatoria fue arrollador, en especial
a partir del 27 de enero cuando perdió por última ocasión ante otro
diestro no menos estelar, el artemiseño Yadier Pedroso en duelo de
2-1. A partir de entonces ha eslabonado una cadena de 14 victorias
consecutivas, que incluye tres éxitos en lo que va de postemporada.
Sus números no defraudan y tanto él como la mayoría de los
especialistas, entre los que me incluyo confía en regresar al equipo
Cuba.
¿Sus argumentos? Actuaciones en 22 desafíos, con 14 sonrisas,
cinco fracasos, limitando a la ofensiva rival a escasos 201 durante
la etapa regular, envidiable 1.71 promedio de limpias por cada nueve
entradas, y 101 estrucados.
¿Cambiaste algo de la 50 Serie a esta?
Creo que he madurado, estudio mejor a los bateadores y no dependo
en extremo de la recta a pesar de mi velocidad por encima de las 90
millas. El enfoque es primordial, todo un año con la espina de no
haber integrado la nómina del Cuba. Esa constituye mi principal
motivación.
14 victorias consecutivas, ¿te acuestas pensando en eso?
Realmente no, hago cada salida pensando en aportar a la causa de
mi equipo. Si al bate, como sucedió el jueves, me dan ventaja (algo
que no pasó mucho durante los 96 choques de la etapa preeliminar)
pues me siento más cómodo, combino y administro mejor los recursos y
lanzamientos, disminuye la presión.
Y el aporte del Cañón de la Trocha en esta 51 Serie ha sido
extremo. Cerró airoso con estrecho 3-2 sobre Cienfuegos, y en lo que
va de play off mantiene inmaculado el casillero de las
derrotas, archiva tres éxitos, con tres bateadores retirados por la
vía de los strikes, 1.64 limpias permitidas y mantiene sin
libertades a los maderos contrarios (apenas 188 de promedio en 22
capítulos).
Nada señores, que con 25 años el Cañón de la Trocha tiene la
pólvora encendida en este clásico número 51.