Renovando La Sierpe Vieja
Juan
Antonio Borrego
LA SIERPE, Sancti Spíritus.— El nombre de fábrica de pienso
criollo con el que nació hace algunos años el actual centro
especializado de la agricultura urbana del CAI Arrocero Sur del
Jíbaro, en este municipio, viene resultando poco menos que un
eufemismo para referir el desempeño de los 12 hombres que lo hacen
producir en la localidad de La Sierpe Vieja.
El
pienso obtenido en la propia industria constituye alimento preferido
para los animales.
Si se descuentan las áreas forrajeras, actualmente en expansión,
la unidad no ocupa más que el espacio equivalente a un terreno de
pelota, límites en los que desarrollan 21 de los 29 subprogramas de
la agricultura urbana, aseguran producciones vitales para el
municipio y acaban de ganar, en reconocimiento a su perseverancia,
la Triple Corona que entrega el movimiento (quinta en el país y
primera en la provincia).
UN PIENSO A PEDIR DE BOCA
Como una tacita de oro de la que hoy no puede prescindir el CAI,
define al centro el veterano Abilio Orellana Rondón, uno de los
hombres que vieron nacer a Sur del Jíbaro, actual director de la UEB
Comercialización de Productos Agropecuarios, a la que pertenece la
unidad.
Además de la fábrica de pienso, armada con trozos de maquinaria
recuperados en una nave de alimento animal de la empresa, la
dependencia cuenta con cebas estabuladas de toros, cerdos y
carneros, coto porcino, cría de conejos, gallinas y peces, área de
frutales, plátano, forrajes y un pequeño organopónico, que muy bien
pudiera pasar por jardín.
A partir de subproductos del arroz (polvo y cabecilla) y de otros
granos igualmente producidos en el CAI como el maíz, el sorgo y el
girasol, la pequeña planta superó el pasado año las 1 100 toneladas
de pienso y para el corriente aspira a una cifra similar.
El alimento, muy codiciado tanto por la ganadería vacuna, como
por la porcina, la ovina y la avícola, lo comercializan lo mismo con
entidades subordinadas a Sur del Jíbaro que con el sistema de la
agricultura municipal y por supuesto satisface plenamente la demanda
interna de 30 toros, 50 puercos de ceba y las reproductoras del
coto, un centenar de carneros, una cifra similar de conejos y unas 1
200 gallinas, que según dicen "son de buen comer".
RETAGUARDIA EN LA VANGUARDIA
Desde su puesto de administrador, Maximiliano Palmero se precia
de tener un equipo integral, en el que abundan el trabajo colectivo
y el sentido de pertenencia, virtudes que muchas veces empujan la
producción tanto o más que los propios recursos.
El pasado año sus hombres ingresaron mensualmente 1 025 pesos
como promedio y el colectivo sobrepasó sus planes de venta, cumplió
las utilidades al 131 % y mantuvo una favorable correlación entre el
salario medio y la productividad del trabajo.
Convertido en una retaguardia que se sabe en la vanguardia, el
colectivo ahora buscar sumar otros cinco subprogramas a su average
que de por sí ya resulta elevado, y extender las áreas forrajeras de
dos a seis hectáreas, un crecimiento estratégico por lo que ello
significa en la alimentación del ganado.
Las pretensiones no son poca cosa para una nómina de solo 12
hombres, pero aun así Pedro Hernández, obrero estibador, decorador
de toda el área y enamorado como pocos de su obra, cree que le
alcance el tiempo para seguir construyendo este edén, que ya anda
por tres coronas. |