Una serie de manchas detectadas en la superficie del Sol mantiene
a la expectativa a expertos de la Administración Nacional Oceánica y
Atmosférica (NOAA), quienes alertaron de posibles erupciones con
afectaciones a la Tierra.
Según explican, las manchas son las mayores observadas en años, y
al menos cuatro tienen un diámetro gigantesco, y el potencial de
generar eyecciones de plasma de gran intensidad, reporta Prensa
Latina.
Ya se han visto llamaradas de clase M, las segundas más potentes,
manifestaron.
El fenómeno fue determinado el pasado fin de semana, pero los
especialistas de la NOAA estiman que existe 75 por ciento de
probabilidades de que las manchas generen eyecciones de plasma
durante las próximas 24 horas, y lleguen a la Tierra afectando los
sistemas satelitales y eléctricos.
Una tormenta solar lo suficientemente fuerte, desestabilizaría,
incluso de forma catastrófica, una buena parte de la tecnología
global. El mundo moderno depende en exceso de satélites de
telecomunicaciones, aparatos electrónicos de todo tipo, tecnologías
todas muy vulnerables a variaciones espaciales.
La tormenta solar más severa registrada en la historia ocurrió en
1859, y se lo conoce como la fulguración de Carrington, o el evento
Carrington. La misma causó fallas electromagnéticas a lo largo de
todo el mundo, y aparecieron auroras en latitudes tan extrañas como
el ecuador.