La aviación de la Fuerza Internacional de Asistencia a la
Seguridad (ISAF), dirigida por la OTAN, prosiguió sus ataques en la
provincia oriental de Paktika, tras la denuncia este martes del
presidente Hamid Karzai de que asesinan a civiles.
Según el portavoz del Gobierno provincial, Mukhles Afgani, ese
bombardeo ocurrió en una zona montañosa del distrito de Nika, en el
norte de Paktika, donde presuntos insurgentes permanecían ocultos y
causaron 21 muertos, sin contarse bajas entre las fuerzas afganas y
de la ISAF, reporta Prensa Latina.
Sin embargo, el vocero de los insurgentes afganos, Zabiullah
Mujahid, negó vía telefónica las bajas entre sus combatientes y
aseguró que el ataque ocasionó la muerte de cinco civiles y heridas
a otros seis.
La agencia de noticias afgana AIP reportó que la víspera 14
civiles perdieron la vida durante los ataques con misiles que
dispararon helicópteros de la ISAF contra viviendas en el distrito
de Bala Murghab,en las provincia norteña de Badghis.
También, en la provincia de Helmand, en el sur, se perpetró otro
hecho similar cuando otro helicóptero artillado lanzó una bomba
sobre una casa en el distrito de Sangin y mató a una mujer, sus tres
hijas y sus dos hijos.
Al condenar el asesinato, Karzai demandó explicaciones al jefe de
la misión de la ISAF, general John Allen, y al embajador de Estados
Unidos en Kabul, Ryan Crocker, sobre esa serie de bombardeos que se
desarrollan desde el fin de semana último en esta nación islámica
centroasiática.
De acuerdo con una nota de prensa, "El presidente toma las
operaciones arbitrarias y los bombardeos de civiles de la OTAN como
un asunto soberano afgano y ya no puede tolerarlos más".
Karzai insiste desde hace meses en que la muerte de civiles en
operaciones bélicas es inaceptable, tema convertido en uno de los
más polémicos en las relaciones entre Afganistán y las tropas
ocupantes.
El número de víctims fatales civiles creció sin interrupción
durante los últimos cinco años y totalizaron tres mil 21 sólo en
2011, según estadísticas de la ONU.