El llamado Descubrimiento de América y su impacto sobre las
comunidades autóctonas continúa este martes en el centro de los
debates de la oncena sesión del Foro Permanente de la ONU para los
Asuntos Indígenas.
Esa cuestión marcó el inicio ayer de las labores de la reunión
anual de esa instancia de Naciones Unidas, en la cual participan
unos dos mil representantes de comunidades originarias de todo el
mundo, reporta Prensa Latina.
El cónclave tiene como tema principal La doctrina del
descubrimiento y su repercusión duradera en los pueblos indígenas y
el derecho a recibir reparación por conquistas del pasado.
El punto forma parte de la Declaración de la ONU sobre los
derechos de los pueblos indígenas, adoptada en septiembre de 2007
por la Asamblea General y que reconoce la reparación que merecen
esos conglomerados como víctimas de la conquista.
En ese sentido, el texto aboga por la restitución o indemnización
justa y equitativa a favor de los indígenas por las tierras,
territorios y recursos que fueron confiscados, tomados, ocupados,
utilizados o dañados sin su consentimiento libre, previo e
informado.
Al inicio de los debates, la ministra del Patrimonio de Ecuador,
María Fernanda Espinosa, explicó el trabajo que realiza su país para
superar los problemas derivados de más de 500 años de aplicación de
la doctrina del descubrimiento y de modelos coloniales. Dijo que
ambos esquemas fueron utilizados para justificar la dominación y la
imposición de prácticas colonialistas.
Por su parte, otros participantes en el debate equipararon la
cuestionada doctrina con esquemas de extinción y dominación y
denunciaron su impacto sobre miles de millones de nativos que fueron
asesinados y subyugados.
Al mismo tiempo, consideraron que esas consecuencias permanecen
como el problema central en materia de los derechos humanos globales
del movimiento de pueblos indígenas.
Algún día los Estados encontrarán el honor necesario para
rechazar esa doctrina como el mejor camino para deshacer su herencia
genocida, apuntó uno de los delegados.
En el presente ese esquema se sigue aplicando a los pueblos
indígenas, pese a sus fundamentos religiosos y raciales
eurocéntricos, afirma un documento preparado por los organizadores
de la sesión del foro permanente.
Se trata de un criterio caracterizado por la violación de las
prácticas culturales y las expresiones espirituales, la expropiación
de tierras, territorios y recursos y constantes violaciones de los
derechos humanos de esos conglomerados, concluye.