
Día por día, como parte del logotipo de este periódico, aparece un
fotograma de la filmación realizada en la cima del pico Turquino el
28 de abril de 1957.
Esta imagen de Fidel, Raúl y otros combatientes rebeldes es sin
duda el testimonio gráfico más famoso, divulgado y elocuente —por su
valor simbólico y su fuerza plástica— de la etapa insurreccional de
nuestra Revolución.
En ella, se plasma el gesto del grito rebelde de guerra y de
victoria ante la efigie de José Martí, como expresión de la
continuidad histórica con los próceres anteriores de la lucha por la
plena independencia de la Patria, la decisión de combate, la
confianza en el triunfo, el optimismo, la alegría del sacrificio
útil, la seguridad en las fuerzas propias y en las fuerzas del
pueblo.
La imagen resume como ninguna otra el espíritu combativo, la
resuelta decisión y la fuerza interna de nuestra Revolución, cual
símbolo a la vez de lo que fueron —pero, sobre todo, lo que siguen
siendo— para Cuba, para la América nuestra, para los pobres y
explotados de la tierra y para todos los hombres y mujeres de buena
voluntad en el mundo, la Revolución Cubana, Fidel y Raúl.
Fue el camarógrafo norteamericano Wendell Hoffman quien plasmó en
pe-lícula este momento hace cincuenta y cinco años en la cima del
pico más alto de Cuba, como parte de un documental sobre la
guerrilla rebelde en la Sierra Maestra realizado por el periodista
Robert Taber para la cadena de televisión CBS, de los Estados
Unidos.
La subida de Taber y Hoffman a la montaña en abril de 1957, puso
a prueba la capacidad del aparato clandestino del Movimiento 26 de
Julio dentro y fuera de Cuba y de la Sierra.
La película de Bob Taber, titulada Rebeldes en la Sierra
Maestra, fue exhibida inicialmente en los Estados Unidos el 19
de mayo de 1957. Además de las primeras imágenes vistas en el mundo
de los rebeldes cubanos en acción, contiene la primera entrevista
filmada por Fidel y la conmovedora secuencia final del jefe
revolucionario, Raúl y los demás combatientes cantando el Himno
Nacional con los fusiles en alto, de la cual forma parte el
fotograma que comentamos.
Tal vez el propio Taber no tuvo una conciencia cabal en aquel
momento de que estaba recogiendo para la historia el documento
gráfico más valioso de todo el primer año de la guerra
revolucionaria en Cuba, y el testimonio más claro de la continuada
vigencia, cincuenta y cinco años después, de las razones por las
cuales la Revolución Cubana ha sido capaz de sobrevivir, pujante y
vigorosa como entonces, frente a todas las amenazas, hostilidades y
agresiones de nuestros enemigos.
Hoy nuestro pueblo, igual que entonces, junto a Fidel y a Raúl,
asume el mismo gesto de desafío y de victoria que ellos dos
testimoniaron ante la cámara del reportero. Hoy esta imagen sigue
siendo y lo será igual para las generaciones venideras, símbolo de
la voluntad de lucha del pueblo cubano y de su confianza en el
triunfo.