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Sullivan, el jefe de los “agentes secretos” de Obama,
“trabajó” en Cuba, Ecuador y Angola
JEAN-GUY ALLARD
Obama
tiene interés en deshacerse urgentemente del director del Secret
Service (SS) que supuestamente asegura su protección, Mark "Lucky"
Sullivan, —cuyos agentes, en la Cumbre de Cartagena, priorizaron la
búsqueda de prostitutas—, antes que haga otros disparates.
Sullivan es ese mismo personaje desenmascarado y expulsado de
Ecuador en el 2009 por ser el jefe de la CIA en la embajada
norteamericana en Quito. Anteriormente se distinguió "canibaleando"
la computadora de Raúl Reyes en Colombia; manejando el reclutamiento
de "disidentes" en La Habana y asesorando en Angola al terrorista
Jonas Savimbi.
Recientemente, otros tres agentes del SS renunciaron a sus
puestos federales, y hasta hoy suman seis las dimisiones o despidos
por el escándalo relacionado con las prostitutas colombianas,
anunció el propio Sullivan, quien sobrevive hasta ahora al
escándalo.
Entretanto, una trabajadora sexual colombiana, identificada como
Dania, declaró al diario The New York Times que fue maltratada por
los norteamericanos. Dania no descarta presentar una demanda contra
el Gobierno de Obama.
Los sucesos acontecieron en Cartagena de Indias dos días antes de
que llegara Obama e implican posiblemente a menores de edad.
Un comunicado emitido anteriormente por Sullivan anunció que tres
agentes fueron despedidos: un supervisor se retiró, otro jefecito
fue expulsado, y un tercer agente "fue aconsejado para que
solicitara la dimisión".
Sullivan, en vez de renunciar, prefirió rebajar de funciones a
sus "valientes" agentes que contrataron prostitutas durante la VI
Cumbre de las Américas.
CANIBALEÓ LA COMPUTADORA DE RAÚL REYES
Director de la estación CIA en Ecuador, Mark Sullivan fue
expulsado el 18 de mayo del 2009 del país andino. En su bunker de la
Avenida Avigiras, en el norte de Quito, trabajaba bajo el engañoso
título de primer secretario de la embajada de Estados Unidos,
dirigiendo febrilmente los numerosos agentes de inteligencia que se
esconden entre los 185 empleados estadounidenses de la embajada
gringa.
Pocos días antes, ya se había invitado a hacer las maletas a su
colega Armando Astorga, "agente especial senior de la embajada", un
agente del Department of Homeland Security de Estados Unidos (el
Departamento de Seguridad Interna) que coordinaba sus acciones con
la CIA.
Por su parte, Sullivan orientaba directamente las actividades de
nada menos que la Unidad de Investigaciones Especiales de la Policía
(UIES), un organismo del más alto nivel que tenía virtualmente
acceso a todas las actividades policíacas en la nación andina.
También coordinaba las acciones con el DAS (la inteligencia
colombiana) y las Fuerzas Armadas de Colombia, en comunicación
constante con Michael Steere, el jefe de la estación CIA en
Venezuela.
El vicecanciller ecuatoriano Kintto Lucas señalaba entonces cómo
"en los registros biográficos del Departamento de Estado, no existía
referencia ni se mencionaba la trayectoria de Mark Sullivan".
Sullivan y Steere dirigieron la operación en la que se
confeccionaron los miles de documentos aparecidos en el famoso
ordenador de Raúl Reyes.
ASESOR DE LA UNITA DE JONAS SAVIMBI
Anteriormente, Sullivan asesoró a la organización Unión Nacional
para la Independencia de Angola, mejor conocida bajo las siglas
UNITA, cuyo jefe, Jonas Savimbi, recibió enormes cantidades de
armamento y dinero de sus patrocinadores.
Sullivan representaba a la inteligencia de su país en Haití en
1991, cuando el golpe de Estado del 30 de septiembre —encabezado por
el entonces general jefe de las Fuerzas Armadas, Raoul Cédras—,
derrocó al presidente Jean-Bertrand Aristide, legítimamente electo.
También ejerció sus actividades de infiltración, soborno y
manipulación de forma similar en Ruanda, cuando ocurrieron aquellos
escalofriantes eventos, Etiopía, Eritrea y Congo, sucesivamente.
En Cuba, fue primer secretario político y oficial de la CIA en la
Sección de Intereses Norteamericanos (SINA) —calificada de "estado
mayor conjunto de la subversión y la mentira"— donde sustituyó al
jefe de estación Alexander George Gryschuk (alias Hryschuk) en las
actividades de espionaje y subversión que se desarrollan en el
cuartel general del Malecón habanero.
En Ecuador, el nivel de control de la embajada sobre la actividad
policíaca en el país era propiamente escandaloso. Funcionarios de la
embajada USA controlaban e inventariaban los bienes y los mecanismos
de logística de la policía y de su unidad de elite.
Desenmascarado en Ecuador, Sullivan terminó, después de un
chapuzón en Chile, de jefe de la otrora prestigiosa guardia
pretoriana de Obama, cuyos agentes se distinguen más bien por sus
espejuelos al estilo Matrix y sus trajes de gerentes de funeraria.
Para Ronald Kessler, veterano periodista y escritor que alertó al
Washington Post de lo ocurrido en Colombia, lo cometido por los
hombres de Sullivan no tiene precedentes.
"Nada se le acerca a esto en términos de la potencial brecha de
seguridad que pudo existir, la vergüenza que ha causado y el hecho
de que los agentes estaban totalmente fuera de línea frente a lo que
se espera de ellos. No hay comparación en la historia", declaró en
entrevista con El Tiempo, de Bogotá. |