El vigilante George Zimmerman, acusado en Estados Unidos por la
muerte en febrero del adolescente negro Trayvon Martin, fue puesto
este lunes en libertad pese a protestas de familiares y amigos de la
víctima.
El caso Zimmerman-Martin provocó denuncias de la comunidad
afroestadounidense durante los últimos dos meses porque muchos ven
motivos racistas en el homicidio del joven, quien estaba desarmado
cuando recibió un disparo mortal en el pecho, reporta Prensa Latina.
Zimmerman fue dejado libre esta madrugada por el alguacil del
condado Seminole, estado Florida, luego de colocar una fianza de 150
mil dólares. Deberá permanecer en una locación secreta en espera de
juicio, indicaron fuentes policiales.
El guardia nocturno de una empresa privada fue acusado
formalmente de asesinato en segundo grado por el tiroteo fatal del
26 de febrero. Fiscales que representan a los padres de Martin
exigían homicidio en primer grado con agravantes.
Los mismos abogados demandaron sin éxito que el procesado nunca
fuera puesto en libertad o que la fianza se elevara a un millón de
dólares. Zimmerman ha alegado que mató al chico en defensa propia,
luego que Martin lo atacó.
Investigadores forenses no han podido determinar cual de los dos
comenzó la pelea, pero está confirmado que los supervisares del
vigilante le indicaron que no persiguiera al adolescente aquella
noche en el barrio de Sanford, Florida, ni usara fuera letal.
La decisión de libertad temporal fue confirmada por el juez
Kenneth Lester, quien agregó que Zimmerman no podrá contactar a
familiares de la víctima y tendrá que usar un brazalete de monitoreo
electrónico.
Marchas y protestas populares contra el racismo y por el caso
Martin fueron realizadas desde febrero en importantes ciudades de
Estados Unidos, como Los Angeles, Orlando y Nueva York.
El caso además puso en entredicho una ley de Florida conocida
como dispara primero, la cual ya ha provocado otras reacciones
letales de ciudadanos en varios estados.
Líderes de la Asociación para la Defensa de los Derechos Civiles,
la Federación para el Progreso de la Gente de Raza Negra, y el
Gremio de Periodistas Negros demandaron a la Casa Blanca castigos
más severos contra el presunto asesino.