El senador estadounidense Jeff Bingaman, presidente del
influyente Comité de Energía y Recursos Naturales del Senado
norteamericano, afirmó recientemente que Estados Unidos está
"desfasado" en su política exterior hacia Cuba.
"Creo que definitivamente ya es hora de que establezcamos
relaciones diplomáticas. Hemos permitido que nuestra política hacia
Cuba sea dictada por la comunidad cubanoestadounidense", manifestó.
La reacción de la ultraderecha de Miami no se hizo esperar.
La gordita Ninoska Pérez Castellón, miembro del Consejo por la
Libertad de Cuba, condenó las declaraciones del senador.
"Bingaman se refiere a los intereses de Estados Unidos. ¿Cuáles?
¿Hacer negocios con un país en la lista de estados que auspician al
terrorismo?". Ninoska, hija de un represor de la policía motorizada
batistiana, obvia que por su ciudad se pasea su amigo, el terrorista
confeso Luis Posada Carriles.
Ileana Ros-Lehtinen no quiso quedarse atrás. La presidenta del
Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes
expresó su desacuerdo con cualquier tentativa de favorecer
acercamientos.
"La promoción de los derechos humanos, la democracia, la libertad
y el Estado de Derecho son valores universales que Estados Unidos
nunca debe cansarse de promover", dijo. ¿De qué habla esta "señora,
promotora de magnicidios"? ¿Cómo se atreve a acusarnos ella,
defensora de causas tan innobles por ese país que lanza bombas en
nombre de la democracia; el país donde una niña de seis años puede
ser esposada y un pequeño de 14 condenado a muerte?
Los extremistas de Miami, más que desfasados, están equivocados.
Luego de la VI Cumbre de las Américas, los propios medios de prensa
estadounidenses se vieron obligados a reconocer que EE.UU. está "a
la defensiva" respecto al tema Cuba.
El bloqueo que pesa sobre la Isla desde hace más de medio siglo
resulta la manzana de la discordia con gran parte de América Latina,
por lo cual Estados Unidos se encuentra al margen del consenso
político del hemisferio, señaló The Washigton Post. Por su parte,
The New York Times observó cómo Obama evita antagonizar con los
votantes del sector anticubano en Florida.
Lamentablemente, esas voces, equivocadas son las que escucha el
inquilino del Despacho Oval para no alejar a los potenciales votos
que le permitan reelegirse.