Cuba en el mundo

Actualizado 11:00 a.m. hora local

Maestros cubanos por luz de enseñanza en México

Imaginó la educadora cubana María Elena Rosales que había adquirido experiencias suficientes en sus 44 años de ejercicio profesional, pero una nueva posibilidad se abrió junto al equipo de colaboradores que fue a alfabetizar a México.

Hemos traído el programa de alfabetización Yo sí puedo a poblaciones indígenas en cinco delegaciones del Distrito Federal: Iztapalalapa, Cuauhtémoc, Tlalpan, Gustavo A. Madero y Coyoacán, explica al iniciar su diálogo con Prensa Latina.

Este método educativo fue desarrollado por la pedagoga antillana Leonela Relys y surgió el 28 de marzo de 2001 a partir de la iniciativa del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro. Desde entonces más de cinco millones de personas han sido favorecidas en 28 países.

Ya se recogen frutos, sonríe y comenta María Elena cómo se logra que los primeros beneficiarios de nuestro noble proyecto venzan la oscuridad que significa el no saber leer ni escribir.

Ellos, narra, asimilan nuestro programa muy rápido, porque es muy fácil, ya que se basa en asociar los números con las letras y generalmente estos adultos independientemente de ser iletrados si conocen los números por su andar en la vida y eso es un factor que facilita la labor de aprendizaje.

Estas poblaciones son muy marginadas por siglos y por supuesto la ignorancia y la falta de cultura las tienen impregnadas en sus raíces, enfatiza María Elena.

Hoy unos 150 pobladores mexicanos de la capital fueron alfabetizados en la primera etapa gracias al método de enseñanza cubano. Ya estamos en una segunda etapa y también tenemos a los primeros egresados de este período, precisa.

De veras, hay que vivir ese momento en que viene uno y te dice: ya sabemos escribir nuestro nombre, o te enseñan con orgullo un papel con los rasgos de de palabras como mamá, papá, del lugar donde residen, y esas expresiones lo llenan a uno de una emoción inmensa, apunta esta maestra cubana.

Los colaboradores de la isla trabajan de conjunto con la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades y los facilitadores en cada uno de los lugares. Es una experiencia inigualable, subraya.

Nunca imaginé que fuera tan necesario un programa como este en México. Observar que nosotros podemos traer este poco de solidaridad nos fortalece desde el punto de vista personal y profesional.

Asegura igualmente: Hay que estar ahí para saber lo que avanzan cada día los alumnos y las ganas que le ponen desde el más joven, con 15 años de edad, hasta el más viejo con sus 94 cumplidos en febrero, el mismo mes en que se graduó.

María Elena Rosales nació en Santiago de Cuba (este de la isla), pero reside en La Habana desde 1968. Allí es parte del colectivo de la Dirección de Educación en el municipio capitalino Plaza de la Revolución.

Considera que la nostalgia por todo lo de uno, en especial la familia, tu gente, tu tierra, tu vida, se compensa con los resultados que se obtienen.

Ahora se abre un propósito nuevo. Muy pronto comenzaremos a alfabetizar en 10 prisiones del Distrito Federal, anuncia.

En México se calcula que unas cinco millones 900 mil personas en edad adulta son analfabetas.

Vencer la oscuridad. Dar luz, la de la enseñanza, es nuestra tarea, confirma María Elena, una entre cuatro cubanos que desandan las comunidades de las delegaciones capitalinas como Quijotes con la cartilla como Rocinante.

 

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