Esa fue una de las razones que la inspiraron a escribir Fidel
Castro Ruz, Guerrillero del Tiempo, una obra presentada este
viernes en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires,
reconoció la autora en entrevista concedida al diario Página 12.
Lo único que puede salvar a la humanidad —agregó —es corregir el
rumbo y que las sociedades privilegien el conocimiento y una vida de
armonía con la Pachamama, como decían los aymaras.
Interrogada acerca de si al momento de comenzar su investigación
sobre la vida de Fidel Castro, soñó que lo entrevistaba, reconoció
que "soñé que estaba en un lugar muy boscoso, lleno de floresta,
como en una selva, donde lo entrevistaba".
Recordó que la primera visita a su casa, en el 2009, fue casi
familiar y hablaron de las cosas más cotidianas.
Hablamos de comida, porque él es un cocinero muy reconocido.
También de su preocupación por la preservación del planeta y de la
especie; de historia, política y tradiciones, relató. Blanco,
también autora de Todo el tiempo de los cedros. Paisaje
familiar de Fidel Castro Ruz, y de Ángel, la raíz gallega de
Fidel, subrayó que él ha sido un hombre que ha tratado de
preservar el espacio de la intimidad familiar de la vida pública.
Eso no solo es un acto de valentía sino de inteligencia, aseveró.
Por otra parte, definió al histórico líder como un hombre
delicado y respetuoso, que le recuerda mucho la manera de trabajar
de (Honoré de) Balzac, de quien se decía que trabajaba de noche y
corregía los originales una y otra vez.
Fidel es la búsqueda de la perfección de la línea en belleza y
esencia. Trata de ser justo al hablar de un compañero, porque sabe
que su palabra pesa y lo que diga va a quedar en la historia. Le
gusta mucho el detalle en temas históricos, añadió.
Desde siempre, apuntó Blanco, Fidel tuvo la voluntad de pelear
por un destino mejor para las grandes mayorías. Ha sido un
revolucionario que ha visto cumplir sus sueños y ha vivido muchos
años para verlo.
Siempre lo comparo con el tule, un árbol de México con un tronco
desmesurado; dicen que unas cincuenta personas tratan de abarcarlo
con los brazos y no lo consiguen, concluyó.