Somalia

El último cabo suelto

LUIS E. LÓPEZ DOMÍNGUEZ

A pesar del supuesto fin del colonialismo, el futuro de algunos países africanos todavía se decide en las mesas gubernamentales de Europa. Una de las pruebas más recientes es la reunión celebrada en Londres sobre "el caso Somalia", entre el primer ministro británico, David Cameron, y representantes de más de 50 países, en la cual trataron temas de gran importancia para el país como el nuevo gobierno "representativo", la piratería y la lucha contra la milicia Al Shabaab.

Días antes, el independiente Global Policy Forum (GPF) presentó un informe completo que dejó algunas verdades al desnudo.

Después de la reunión, Cameron, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, apoyaron junto a "la comunidad internacional" a la nueva administración de Somalia, que entrará en acción en agosto próximo.

Sobre el tema, el ministro británico dijo que "Somalia es un país en caos, violento y sin esperanza, y amenaza los intereses de Reino Unido y de todos. No estamos para imponer soluciones a un país desde lejos".

Según el informe del GPF, las verdaderas intenciones de las potencias en Somalia se centran en "reservas de entre 5 mil millones y 10 mil millones de barriles de petróleo crudo, por un valor de 500 millones de dólares al precio actual. Además, reservas de hierro, estaño, uranio, cobre y otros minerales". Motivo suficiente para tener un "buen representante" a las órdenes de Occidente ¿no?

En relación con el tema de la piratería, no parece haber cambiado nada con respecto a las últimas dos décadas. "Luego de sobre-explotar sus propias aguas, las sofisticadas fábricas flotantes de occidente procuran apropiarse de unas de las más ricas zonas de pesca que quedan en el mundo. Los barcos extranjeros son ilegales, furtivos y no regulados. Son parte de una creciente iniciativa internacional de pesca delictiva", indicó James Paul, director ejecutivo del GPF.

Pese a esto, el pasado 23 de marzo, los 27 ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea aprobaron dos años más de la operación Atalanta, y un presupuesto de 14,9 millones de euros para disponer de todo el equipamiento necesario para darles caza a los piratas somalíes.

Un gran presupuesto, armamento militar, despliegue sobre el terreno de militares para garantizar "guardacostas" en la zona y casi 10 buques de guerra que estarán listos para mayo. Un gran arsenal sobre los piratas que acechan sus mercancías. ¿Y para aquellos que permanecen alimentando sus arcas con el pescado de los somalíes y dejando desperdicios tóxicos?

Otro dato curioso contrasta la versión extranjera de los hechos. Según la BBC, Occidente pierde cerca de 12 mil millones de dólares anuales debido a la piratería; Somalia, toda la pesca que le serviría para autoabastecerse de alimento y comerciar con otros países.

Los líderes occidentales arremeten contra el final de la historia, obviando las causas de la misma: ¿cómo surgieron los piratas somalíes?. "Hacen de cuenta que no hay información sobre el tema, aun cuando sus flotas navales vigilan de cerca el movimiento de todos los barcos en aguas somalíes, explica Paul. "La violencia es prácticamente la única opción permitida en la mesa de Londres".

El movimiento de Jóvenes muyahidines, conocidos en el pasado como la Unión de Cortes Islámicas (UCI), se ha convertido en el último obstáculo de Cameron y demás compinches para obtener la "independencia" de Somalia. No obstante, el fracaso de la UCI frente al gobierno federal de transición y las tropas etíopes en el 2007, solo trajo consigo la unión de otro grupo armado: Al Shabaab.

En un comunicado íntegro que publicó el movimiento islámico un día después de la conferencia de Londres, el movimiento acusó a todos los implicados de querer repartirse su nación.

"Los líderes de Harakat Al-Shabaab Al Mujahideen, reafirmamos nuestra posición de no permitir que sea utilizada ninguna forma de intervención extranjera como instrumento para subyugar al pueblo somalí, y que nos enfrentaremos y combatiremos, por todos los medios posibles, a los resultados de la conferencia de Londres".

En ese sentido, el estudio del GPF predijo un mes antes, lo que se aprobó el 23 de marzo: "La conferencia les dará su bendición implícita a las últimas invasiones desde Etiopía y Kenia, y aprobará tácitamente los ataques con aviones no tripulados y las operaciones militares secretas llevadas a cabo por Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia y quizás otros".

La política utilizada años atrás no ha cambiado, desviar la atención de la opinión pública con los mismos pretextos de siempre: la Somalia de dos décadas de guerra, hambre y desolación...

Las opciones para una nación verdaderamente libre se agotan. El incremento de los ataques de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, con el completo apoyo del Consejo de Seguridad de la ONU; la misión Atalanta, los mercenarios de Etiopía, Kenia, Burundi y Uganda¼ eliminan lo que puede ser el último cabo suelto.

 

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