El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ratificó este sábado
que jamás irá a una Cumbre de las Américas sin Cuba, y reiteró la
necesidad de poner fin al criminal bloqueo impuesto por Estados
Unidos durante medio siglo pese al rechazo mundial.
En su habitual rendición de cuentas sabatina a la ciudadanía,
esta vez en Cutuglagua, periferia sur de Quito, Correa les deseó
éxitos a los Jefes de Estado que están en la Cumbre de Cartagena y
señaló como una vergüenza el enclave colonial británico en Islas
Malvinas, reporta Prensa Latina.
Reiteró que no concibe una Cumbre de las Américas que no trate
problemas trascendentales para la región como el bloqueo a Cuba y la
colonización de las Islas Malvinas, y preguntó cómo Nuestra América
puede consentir colonias en su territorio en pleno siglo XXI.
Calificó como gran noticia la decisión de los Cancilleres,
excepto Estados Unidos y Canadá, de exigir la participación de Cuba
en esta Cumbre de las Américas.
Fíjense el cambio de época, subrayó, y cómo está cambiando
Nuestra América: durante 20 años nos dominaron con el Consenso de
Washington, ahora tenemos Consensos sin Washington.
Por fin Nuestra América se está liberando, comentó. Aclaró que
nadie busca ser antinorteamericano y aseguró que quiere mucho al
pueblo de Estados Unidos, de gente muy sencilla, honesta, solidaria,
donde vivió por dos años cuando hizo su doctorado.
No se trata de estar contra ningún país sino de reconocer
realidades, que somos distintos, con visiones, culturas, religiones
e historias distintas, y la cercanía geográfica no implica
coincidencia de objetivos, lo cual es uno de los errores recurrentes
en foros regionales.
En América del Norte, Canadá y Estados Unidos, son muy diferentes
de América Latina, puntualizó, y tenemos que cuestionarnos la
barbaridad de que cualquier problema latinoamericano se tenga que ir
a discutir a Washington.
Aberraciones incluso, precisó, como que la sede de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos esté en Washington cuando Estados
Unidos no ha firmado la Convención en que se sustenta.
Ya basta de estas contradicciones, se trata de ser objetivos,
saber que somos diferentes, y que cada quien, para bien, tiene su
propia historia, su propio presente y su propio futuro, enfatizó
Correa.